CÓRDOBA 26 Feb. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de investigación de la Universidad de Córdoba (UCO) ha desarrollado una técnica basada en el análisis de saliva para detectar el consumo de sustancias transferidas a los alimentos desde los envoltorios, permitiendo así obtener datos de una manera mucho más efectiva, más económica y menos invasiva que los sistemas utilizados hasta el momento, basados en orina o sangre.
En concreto, según ha informado la Fundación Descubre, el grupo ha elaborado el método para la determinación de 14 bisfenoles, incluido el bisfenol A, que se utilizan en la fabricación de plásticos con los que se envuelven los alimentos. Los datos obtenidos constituyen la base para el establecimiento de medidas legislativas basadas en criterios científicos.
Los métodos disponibles para la determinación de mezclas de bisfenoles no tienen un coste adecuado para su aplicación a un elevado número de individuos, lo cual es esencial para la obtención de datos representativos de la exposición humana a estos compuestos.
Así, los expertos han publicado un artículo titulado 'Saliva-induced coacervation of inverted aggregates of hexanol for simplifying human biomonitoring: Application to the determination of free bisphenols' en la revista 'Talanta', donde exponen cómo han conseguido obtener datos exactos de los compuestos tóxicos que se ingieren a través de una sencilla muestra de saliva, simplificando así el proceso.
Los autores han demostrado que la saliva puede ser una muestra biológica adecuada para estudiar la exposición humana a los bisfenoles. Es más fácil de obtener que la sangre o la orina, ya que puede realizarlo personal no cualificado y permite la recolección de un mayor número de muestras.
De esta manera, según ha dicho a la Fundación Descubre la investigadora de la Universidad de Córdoba Noelia Caballero, autora del artículo, "puede agilizarse la obtención de datos a partir de un amplio segmento de la población, lo cual proporcionará a las autoridades niveles fiables".
El proceso de análisis incluye el uso de los disolventes llamados supramoleculares (Supras), 'verdes' o 'inteligentes'. Son líquidos con muy baja toxicidad que permiten la extracción de compuestos de una manera simple y económica. Así, los expertos han logrado a través de la extracción con Supras, un método económico y simple con el que los compuestos potencialmente tóxicos son aislados a partir de la muestra de saliva.
SEGURIDAD EN ALIMENTOS
Los bisfenoles se consideran alteradores del sistema endocrino y, por tanto, pueden modificar las funciones hormonales. Para muchos de estos compuestos no se conoce el nivel de exposición humana ni se han establecido límites máximos permitidos. Por lo tanto, se necesitan métodos simples y fiables que permitan el análisis en el organismo de aquéllos que potencialmente pueden transferirse desde los alimentos.
Para que las autoridades permitan o no el uso de compuestos en la fabricación de materiales y objetos plásticos en contacto con alimentos o productos bucales, necesitan conocer si hay algún tipo de transferencia y en qué grado se produce. Para ello, necesitan realizar análisis que permitan calcular las cantidades que se ingieren y así garantizar que no exista riesgo para la salud.
Sin embargo, estos análisis son costosos y requieren de la extracción de sangre, que deben realizar personas especializadas, o tomar muestras de orina, que requiere de una estancia privada. La toma de muestra de saliva es menos invasiva para el individuo y puede realizarse en cualquier lugar.
En el método desarrollado, la saliva se recoge a través de un embudo de cristal y se deposita en un tubo que contiene los ingredientes a partir de los que se formará el Supras espontáneamente en presencia de la saliva.
Los ingredientes son hexanol, un alcohol utilizado en perfumes y como saborizante en alimentos, y un disolvente que puede mezclarse con el agua. Cuando se añade la saliva, se disuelven los bisfenoles y se separan de la muestra. A continuación, se analiza la concentración de los bisfenoles en el Supras.
El equipo ha validado el método mediante el análisis de muestras tomadas a 13 voluntarios, demostrando que los resultados obtenidos son exactos y pueden aplicarse a la detección de estas sustancias tóxicas que llegan al organismo, fundamentalmente, a través de la alimentación.
Además, según han indicado los investigadores, es importante conocer la toxicidad de los compuestos que se usan como sustitutos del bisfenol A, ya que su efecto como alteradores endocrinos es similar y por tanto, su efecto es acumulativo.
El estudio se ha financiado a través del proyecto 'Biodisolventes supramoleculares funcionales para desarrollo de tecnologías extractivas sostenibles en el sector agroalimentario', concedido por el Ministerio de Ciencia e Innovación.