MADRID, 17 May. (EUROPA PRESS) -
Las personas con las rentas más altas, entre 2.701 y 3.450 euros al mes, son las que menos cumplen con los tratamientos prescritos por el médico, mientras que los que más siguen la terapia son aquellos cuyas rentas oscilan entre los 1.301 y los 2.700 euros mensuales, según se desprende de la Encuesta Nacional de la Adherencia al Tratamiento, elaborada por el Observatorio de la Adherencia al Tratamiento.
Se trata, a juicio de los investigadores, de un dato llamativo y que demuestra que la falta de cumplimiento terapéutico no se debe al coste de los tratamientos. De hecho, el trabajo ha mostrado que aproximadamente el 30 por ciento de los pacientes no retiran de las farmacias las medicinas prescritas porque todavía tienen en casa, lo que, tal y como ha señalado la presidenta de la Comisión Nacional de la Especialidad en Neumología, Pilar de Lucas, también pone de manifiesto que los problemas económicos no suelen influir en la adquisición de las terapias prescritas.
Estas conclusiones se han alcanzado tras analizar 6.150 encuestas realizadas en 132 farmacias de toda España en base a 38 variables repartidas en cinco bloques temáticos: datos personales y sociodemográficos, patologías padecidas, cumplimiento terapéutico, información sobre la enfermedad y calidad de vida y hábitos saludables.
Asimismo, las patologías analizadas en cuanto a cumplimiento terapéutico han sido la diabetes, hipertensión, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), asma, hipercolesterolemia, osteoporosis, enfermedades reumáticas, depresión, patologías cardiacas y vejiga hiperactiva.
De esta forma, los resultados han mostrado que las enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión e hipercolesterolemia son las que tienen un mayor nivel de adherencia terapéutica, mientras que la EPOC, osteoporosis, enfermedades reumáticas, vejiga hiperactiva, asma y depresión, las que menos.
LOS FUMADORES Y SEDENTARIOS, LOS MENOS CUMPLIDORES
A pesar de que olvidar la toma de los medicamentos suele ser la principal causa de adherencia, especialmente en hombres menores de 51 años, al igual que notar una mejoría o apreciar efectos secundarios, la encuesta ha alertado de la importancia que tiene en el cumplimiento terapéutico los estilos de vida.
Y es que, según ha explicado el director general del Instituto Español de Investigación Enfermería, José Luis Cobos, en la mayor parte de las patologías analizadas, las personas fumadoras, aquellos que apenas realizan ejercicio físico y los que no siguen una dieta saludable.
En concreto, casi el 70 por ciento de las personas que no cumplen el tratamiento prescrito no hace actividad física o, si lo hace, es "muy poca", y alrededor del 60 por ciento no realizan ningún tipo de dieta sana. Esto puede explicar también el hecho de que, tal y como ha informado el presidente del Comité Científico, catedrático de Geriatría y académico de número de la Real Academia Nacional de Medicina, José Manuel Ribera, la mayoría de las personas encuestadas tenían sobrepeso.
Por otra parte, la gran mayoría de los encuestados aseguró que cumplía estrictamente con los horarios establecidos por su médico, siendo las mujeres de entre 31 y 40 años más estrictas en este aspecto. Asimismo, respecto a la automedicación, algo más de una de cada tres personas reconoció realizar esta práctica, si bien la mitad de ellos reconoció que no se lo comunicaban a su médico.
El trabajo también ha desvelado la "clara interacción" entre la situación personal y el grado de adherencia terapéutica, según ha señalado la expresidenta de Semergen Madrid, Carmen Valdés. Y es que, las personas que viven con otras registran unos índices de adherencia al tratamiento casi tres puntos por encima de las que viven solas.
Finalmente, la encuesta ha mostrado que aunque la mayoría de los participantes tenían un teléfono móvil, sólo uno de cada tres se mostraban receptivos a recibir mensajes de recordatorio o seguimiento y dos de cada tres rechazaban abiertamente esta posibilidad. Asimismo, al igual que en el caso de los mensajes, dos de cada tres personas no querían usar aplicaciones gratuitas para el control de la enfermedad y sólo un tercio acepta este tipo de herramientas.