MADRID, 7 Abr. (EUROPA PRESS) -
La electromiografía es una técnica de gran utilidad que posibilita un diagnóstico precoz en el estudio de enfermedades neuromusculares. La evaluación y registro de actividad, que se lleva a cabo gracias a esta tecnología, aporta información vital para el conocer el grado de afectación de los axones o en la mielina de los nervios del paciente.
"Se trata de una técnica relativamente sencilla y accesible para todos los pacientes, que nos permite conocer la afectación de las funciones sensitiva y motora, porque aporta información sobre la situación en la que se encuentran los nervios periféricos y el músculo", explicó el doctor Julio Pardo del Hospital Clínico de Santiago de Compostela y miembro del Comité Científico del XVIII curso de 'Electromiografía Básica para neurólogos', que se llevará a cabo en Madrid y está avalado por la SEN (Sociedad Española de Neurología) y patrocinado por la compañía biomédica Pfizer y la Fundación Genzyme.
La electromiografía se puede utilizar tanto para patologías frecuentes como el síndrome del túnel del carpo o radiculopatías, como en trastornos de menor prevalencia, tales como la Esclerosis Lateral Amiotrófica, la Miastenia Gravis, la enfermedad de Andrade o la de Pompe. En el caso de Andrade puede afectar al funcionamiento de órganos vitales y en el de Pompe se caracteriza por un debilitamiento muscular progresivo y dificultades respiratorias.
La importancia de este curso incide especialmente en la formación teórico-práctica de neurólogos jóvenes para favorecer su uso clínico en la práctica diaria. Los conocimientos adquiridos para esta técnica son: el análisis de la actividad muscular espontánea y voluntaria y la estimulación magnética transcraneal. Además, se aborda la aplicación de la electromiografía en el diagnóstico de enfermedades de motoneurona, nervio periférico, unión neuromuscular y enfermedades musculares.