MADRID, 3 Jul. (EUROPA PRESS) -
Detectar y tratar las mastitis subagudas es clave para evitar el abandono precoz de la lactancia, según han puesto de manifiesto en la Federación de Asociaciones de Matronas de España (FAME) y Nutricia, la división de nutrición especializada de Danone, en el webinar 'El papel de la microbiota en la identificación, prevención y tratamiento de las mastitis subclínicas', disponible en la web de la FAME y de Nutricia.
En condiciones normales, la microbiota que compone la leche materna cuenta con una gran variedad heterogénea de bacterias y organismos que funciona en perfecto equilibrio.
Pero cuando este equilibrio se rompe, se produce una disbiosis y ciertos tipos de bacterias proliferan mucho más que otros, lo que puede desencadenar lo que se conoce como mastitis subagudas o subclínicas, especialmente difíciles de detectar por sus síntomas, pero fácilmente identificables si se analiza la composición de la leche materna. "Sin duda, esto permitiría tratarlas adecuadamente", explica Blanca Díaz, matrona, vocal de la Asociación Matronas de Extremadura (APMEX) y asesora de lactancia.
Habitualmente, el término mastitis se refiere a una inflamación de la mama que ocasiona dolor local y que suele ir acompañada de fiebre o afectación del estado general. Sin embargo, las mastitis subagudas cursan con inflamación del pecho con efectos solo locales (hinchazón, dolor, sensación de quemazón y reducción de la secreción de la leche), pero sin efectos sistémicos. La detección de este tipo de mastitis es clave, ya que la mayoría son causa del abandono precoz de la lactancia materna.
Pese a esto, el desconocimiento de los síntomas y su difícil detección hacen que se retrase el diagnóstico y, por tanto, el tratamiento. "Cuando hablamos de mastitis o pensamos en mastitis nos limitamos a hablar de un cuadro gripal con efectos locales en la mama en una madre lactante, obviando los síntomas únicamente locales de los otros dos tipos de mastitis. El desconocimiento de síntomas, diagnóstico y tratamiento de estas complicaciones, incluso por parte de algunos profesionales, junto a la falta de información de las madres propician este escenario de iceberg oculto en las mastitis", advierte Díaz.
Por esta razón, la actualización constante del colectivo de matronas es clave para continuar mejorando el abordaje de las mastitis y el apoyo integral a la madre durante su lactancia.
Para una madre, pensar que no es buena para alimentar a su hijo es duro emocionalmente. El momento del postparto es altamente frágil para la madre lactante, donde el cansancio físico y mental son factores de riesgo para desarrollar una depresión postparto y el abandono de la lactancia materna por falta de recursos.
Al inicio de la lactancia, muchas madres encuentran dificultades que no saben identificar y que pueden ser compatibles con el diagnóstico de mastitis subclínica o subaguda, "pero muchas veces concluyen que su leche no es buena, que no producen suficiente o que no han sabido mantener la lactancia". De esta forma, "se culpan, asumen su situación y no piden ayuda y si, además, el profesional de referencia no está actualizado sobre cómo actuar, la situación no mejora", indica la matrona y asesora de lactancia.
EL PAPEL DE LOS PROBIÓTICOS EN EL ABORDAJE DE LA MASTITIS
Por esta razón, es fundamental hacer hincapié en el rol que puede desempeñar la microbiota en el abordaje de estas mastitis, ya que, cuando se usan antibióticos en la mastitis sin síntomas sistémicos se está tratando una disbiosis como una infección bacteriana, y no es el mismo diagnóstico ni tiene el mismo tratamiento.
En estos casos, los antibióticos pueden ser, incluso, contraproducentes en la mejoría de la madre lactante, ya que pueden provocar un mayor desequilibrio en su microbiota si no son pautados con probióticos al mismo tiempo que regeneren la flora de la leche materna. "Es tan importante eliminar el exceso de bacterias que producen la disbiosis, como regenerar las necesarias para mantener el equilibrio de la microbiota", subraya Díaz.
Por este motivo, se han llevado a cabo ensayos clínicos con probióticos para modular la microbiota de la leche materna, que han reflejado eficacia tanto en la prevención como en el tratamiento de la mastitis. El estudio 'Premium', recientemente publicado en la revista 'Microorganisms', ha mostrado que la suplementación con determinados probióticos reduce el riesgo de desarrollar mastitis hasta en un 59 por ciento de los casos.
La investigación, liderada por el profesor Juan Miguel Rodríguez, catedrático del Departamento de Nutrición y Ciencia de los Alimentos de la Universidad Complutense de Madrid, revela que una intervención nutricional con la cepa probiótica 'Lactobacillus salivarius' PS2 puede ayudar a prevenir esta complicación de la lactancia.
Como parte del estudio, 328 mujeres embarazadas sanas de cuatro países diferentes recibieron un suplemento diario de probióticos con 'L. salivarius' PS2 o un placebo desde la semana 35 de embarazo y hasta la semana 12 tras el parto.
Los resultados mostraron que las madres que recibieron la suplementación probiótica tenían un 59 por ciento menos probabilidades de desarrollar mastitis en comparación con las que recibieron un placebo. Incluso en caso de mastitis, el grupo que recibió el probiótico experimentó menos dolor en la mama y usó menos antibióticos.