MADRID, 8 Abr. (EUROPA PRESS) -
La reducción de los capilares sanguíneos en la parte posterior del ojo puede ser una forma nueva y no invasiva de diagnosticar el deterioro cognitivo temprano, el precursor de la enfermedad de Alzheimer, según han sugerido investigadores estadounidenses en un estudio publicado en la revista 'Plos One'.
Los científicos detectaron estos cambios vasculares en el ojo humano con una cámara de infrarrojos. La parte posterior del ojo es accesible ópticamente a través de un nuevo tipo de tecnología (angiografía OCT) que puede cuantificar los cambios capilares con gran detalle y con una resolución incomparable, haciendo del ojo un espejo ideal para lo que sucede en el cerebro.
Para llevar a cabo el trabajo, los expertos reclutaron a 32 participantes que tenían pruebas cognitivas consistentes con el tipo de deterioro cognitivo, edad, género y raza, y los emparejaron con sujetos que se consideraron cognitivamente normales para su edad.
Todos los individuos se sometieron a las imágenes oculares con angiografía OCT. Los datos se analizaron para identificar si los capilares vasculares en la parte posterior del ojo eran diferentes entre los dos grupos de individuos. Ahora, el equipo espera correlacionar estos hallazgos con otros tipos más estándar (pero también más invasivos) de biomarcadores del Alzheimer, así como explorar los cambios longitudinales en los parámetros del ojo en estos sujetos.
"Una vez que se validen nuestros resultados, este enfoque podría proporcionar un tipo adicional de biomarcador para identificar a las personas con alto riesgo de desarrollar Alzheimer. Estos individuos pueden seguirse más de cerca y podrían ser los principales candidatos para nuevas terapias dirigidas a ralentizar la progresión de la enfermedad o prevenir la aparición de la demencia asociada con el Alzheimer", han dicho los expertos.
Se sabe que los pacientes con Alzheimer tienen disminuido el flujo sanguíneo de la retina y la densidad de los vasos, pero no se sabía si estos cambios también estaban presentes en personas con Alzheimer temprano o con deterioro cognitivo leve.
"Idealmente, los hallazgos de la retina se correlacionarían bien con otros biomarcadores cerebrales. Los estudios a largo plazo también son importantes para ver si los capilares de la retina cambiarán más dramáticamente en aquellos que progresivamente disminuyen y desarrollan demencia de Alzheimer", han zanjado los investigadores.