MADRID 26 Oct. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad de Estocolmo (Suecia) han desvelado los entresijos ocultos de cómo los espermatozoides pasan de ser espectadores pasivos a nadadores dinámicos. Esta transformación es un paso fundamental en el camino hacia la fecundación y depende de la activación de un transportador de iones único, según publican en la revista 'Nature'.
Los espermatozoides no disponen de un mapa en su viaje hacia el óvulo sino que utilizan los quimioatrayentes, es decir, señales químicas liberadas por el óvulo que actúan como "cantos de sirena", dirigiendo y activando a los espermatozoides. Cuando estas señales se unen a los receptores de la superficie del espermatozoide, se desencadenan una serie de acontecimientos que inician su movimiento hacia el óvulo.
En este compleo escenario, un actor clave es una proteína conocida como SLC9C1, que se encuentra exclusivamente en los espermatozoides, y normalmente no está activa. Sin embargo, cuando los quimioatrayentes interactúan con la superficie del espermatozoide, todo cambia.
"SLC9C1 funciona como un sistema de intercambio muy sofisticado. Cambia protones del interior de la célula por iones de sodio del exterior, creando temporalmente un entorno menos ácido dentro del espermatozoide. Este cambio en el entorno interno provoca un aumento de la motilidad espermática", explica David Drew, catedrático de Bioquímica de la Universidad de Estocolmo.
La activación de SLC9C1 está impulsada por un cambio de voltaje que se produce cuando los quimioatrayentes se adhieren a los espermatozoides. Para ello, SLC9C1 utiliza una característica única denominada dominio sensible al voltaje (VSD). Normalmente, los dominios VSD se asocian a canales iónicos dependientes de voltaje, pero en el caso del SLC9C1 se trata de algo realmente excepcional en el ámbito de los transportadores.
Los investigadores, dirigidos por David Drew, han desvelado los secretos del funcionamiento interno de SLC9C1 y proporcionan el primer ejemplo de activación de un transportador por el dominio de detección de voltaje y su conexión a través de una hélice de detección de voltaje (S4) inusualmente larga.
"El dominio VSD responde al cambio de voltaje empujando su hélice S4 hacia dentro. Esto despeja el camino para el intercambio de iones por SLC9C1, iniciando en última instancia la motilidad de los espermatozoides", afirma David Drew.
"Los transportadores funcionan de forma muy distinta a los canales y, como tales, el VSD está acoplado a la proteína del espermatozoide de una forma que nunca antes habíamos visto, ni siquiera imaginado. Es emocionante ver cómo lo ha hecho la naturaleza y quizá, en el futuro, podamos aprender de ello para fabricar proteínas sintéticas que puedan activarse por voltaje o desarrollar nuevos anticonceptivos masculinos que actúen bloqueando esta proteína", señala.