Salud actualiza su diseño y mantiene el impuesto de 7,35 euros para renovarla
BARCELONA, 5 Oct. (EUROPA PRESS) -
La fabricación de las tarjetas sanitarias individuales (TSI) que necesitan todos los pacientes para acceder a la sanidad pública se ha desplomado un 48% en Catalunya por el "efecto disuasorio" que ha producido la tasa de 7,35 euros por pérdida, deterioro y robo que impuso en marzo de 2014 la Conselleria de Salud de la Generalitat.
Así se recoge en un informe del Servicio Catalán de la Salud (CatSalut) al que ha tenido acceso Europa Press y que concreta que antes de la aplicación de la tasa el ritmo de fabricación era de unas 52.000 unidades al mes, y seis meses después bajó hasta las 24.000.
Pese a que el documento insiste en el efecto disuasorio de los 7,35 euros, Salud ha apostado por cambiar el actual diseño de las tarjetas sanitarias sin eliminar el impuesto: "El proceso de sustitución se debe llevar a cabo de forma progresiva [...] y estará sometida a la tasa".
El cambio entraña diversos objetivos: por un lado, el de mejorar la interoperabilidad de las tarjetas y, por el otro, adaptar los datos sanitarios que contienen a los del Sistema Nacional de Salud (SNS) para que sean técnicamente leíbles "en todo el Estado español".
Según advirtió en julio el director del CatSalut, Josep Maria Padrosa, en la TSI de los pacientes catalanes aparece el número de registro propio que emite el CatSalut y "entre 30 y 50 catalanes al año ven negado su derecho a la asistencia gratuita en centros del resto del Estado porque no reconocen un registro que no es el del SNS".
El cambio en la estructura magnética de las tarjetas --que incorporará nuevos datos-- tendrá un "impacto tecnológico para los proveedores y oficinas de farmacia", que deberán adaptar su estructura con el objetivo de poder leer la nueva información.
TRES MILLONES DE EUROS
El coste de sustituir las tarjetas sanitarias de los cerca de 7,5 millones pacientes asegurados que hay en Catalunya es de unos tres millones de euros --a razón de 0,25 euros por fabricación y 0,15 por distribución de cada una--, y el CatSalut explica que se hará de forma progresiva y "siempre que la disponibilidad presupuestaria lo permita".
El montante de gasto se compensa con la tasa de 7,35 euros que deben pagar los pacientes que soliciten una renovación --excepto en caso de rectificación de datos personales--: si la abonaran todos, los ingresos para la administración superarían los 55 millones de euros.
Además de modificar las tarjetas generales, Salud también ha apostado por crear recientemente una modalidad en braille --de la que ya ha emitido más de 150-- y otra para enfermos complejos, bautizada como 'Cuida'm' --que cuenta con más de 1.500 beneficiarios--.