MADRID, 1 Jul. (EUROPA PRESS) -
El científico de origen español Claus Knapp, uno de los descubridores en 1962 de los efectos que la talidomida podía causar en el feto, está preparando un sistema de certificación para que aquellos afectados todavía no reconocidos oficialmente en España puedan recibir las indemnizaciones que les corresponden.
Hasta el momento el Estado español ha reconocido oficialmente a 24 afectados por este fármaco, indicado a finales de los años 50 para tratar las náuseas durante el embarazo, que recibieron una ayuda pública de entre 30.000 y 100.000 euros, pero la asociación Avite calcula que podría haber más de 400 afectados.
El objetivo de este certificado que prepara el profesor Knapp, médico radiólogo ya jubilado, es determinar y validar si las malformaciones físicas que presentan los afectados pueden atribuirse a la ingesta del fármaco por parte de sus madres, ya que "actualmente sólo se puede demostrar a nivel morfológico, pero no molecular", ha explicado.
Para ello tendrá en cuenta pruebas clínicas y otros indicadores de probabilidad, a partir de los cuales establecerá cuatro categorías: 'Seguro', por la presencia de una serie de síntomas; 'Demostrable', pero no demostrado hasta ahora; 'Probable' y 'No demostrable'.
Su objetivo es que con este certificado el Estado español reconozca oficialmente a estos afectados sin tener que reevaluar de nuevo su situación y se muestra convencido de que "su evaluación tendrá la validez suficiente para ello".
"Estos certificados tienen un valor incuestionable", ha añadido Rafael Basterrechea, portavoz de Avite, ya que proceden del investigador que, junto al alemán Widukin Lenz, descubrieron en la Universidad de Hamburgo (Alemania) los efectos adversos que causaba este fármaco.
Además, ambos están convencidos de que esta certificación también le abrirán la puerta a los afectados españoles de beneficiarse de las pensiones vitalicias que Alemania y la farmacéutica Grunenthal, compañía encargada de desarrollar el fármaco, conceden a los afectados en cualquier país.
Estas ayudas se conceden a través de la Fundación Contergan y oscilan entre los 700 y 7.000 euros mensuales según el grado de discapacidad, analizado por un comité médico independiente. Actualmente hay unos 2.700 beneficiarios de 38 países diferentes, 10 de ellos en España, según informa Grunenthal, que admite que esta tragedia es "parte de la historia de la compañía y siempre lo será" y por ello "ha actuado y continuará actuando responsablemente con aquellos afectados".
TAMBIÉN AYUDARÁ A AFECTADOS ALEMANES
De hecho, además de a los afectados españoles el doctor Knapp cree que también podrían beneficiarse de este nuevo certificado unos 4.000 afectados de Alemania que tampoco han sido indemnizados, si bien admite que el proceso será largo ya que, una vez fijados los criterios, se deben ir analizando todos los casos uno por uno.
Sin embargo, la eurodiputada española Beatriz Becerra, que apoya esta iniciativa, asegura que estas ayudas están condicionadas a que el país de origen les reconozca como víctimas, algo que hasta ahora ha sido un impedimento para que en España pueda haber más beneficiados.
"Confíamos en que, a partir de esta certificación que prepara el profesor Knapp, se haga justicia con estos afectados y sean correctamente indemnizados", ha destacado esta experta.
Durante un encuentro con los medios han destacado que su iniciativa no tiene ningún propósito contra la industria farmacéutica ni contra el fármaco. De hecho, han recordado un reciente estudio publicado por la revista 'Nature Medicine' que desvela los mecanismos moleculares que provoca el fármaco, en el que ha participado la investigadora española Vanesa Fernández, de la Technical University de Munich (Alemania), que también ha destacado los beneficios que este fármaco puede conllevar para el tratamiento del mieloma múltiple y otros tumores hematológicos.