MADRID, 2 Mar. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de investigadores de la Charité - Universittsmedizin Berlin (Berlín) ha dilucidado la forma en que interactúan diferentes factores para permitir la supervivencia de las células cancerosas. En su trabajo, publicado en la revista 'PNAS', han podido demostrar que la inhibición de una proteína clave limita el crecimiento del cáncer. Los hallazgos de los investigadores podrían avanzar un nuevo objetivo terapéutico para los cánceres agresivos.
La resistencia a los fármacos es un obstáculo importante en el tratamiento de los cánceres. En un tipo agresivo de cáncer de páncreas, por ejemplo, la resistencia a los fármacos está asociada a la supresión de la muerte celular programada, lo que provoca el crecimiento incontrolado de las células cancerosas. Hasta hace poco, se desconocía el proceso que subyace a este fenómeno.
Algunos tipos de cáncer son especialmente difíciles de tratar, debido a su capacidad para eludir las terapias existentes. El cáncer de páncreas es uno de ellos, concretamente un subtipo agresivo conocido como adenocarcinoma ductal pancreático (PDAC, por sus siglas en inglés).
La razón más común de la resistencia al tratamiento es la supresión del proceso de muerte celular programada, conocido como apoptosis. Por tanto, el tratamiento dirigido requiere el uso de nuevas estrategias terapéuticas.
"Además de identificar una nueva diana de tratamiento, pudimos dilucidar un mecanismo que permite sortear la resistencia de las células cancerosas. Esto nos ha permitido proponer una nueva estrategia para el tratamiento de formas de cáncer especialmente agresivas", explica el doctor Matthias Wirth, uno de los responsables de la investigación.
En colaboración con colegas de otras organizaciones de investigación de Alemania, Estados Unidos y los Países Bajos, Wirth y su equipo emprendieron un estudio detallado de los procesos que intervienen en la apoptosis. Descubrieron que la proteína NOXA -que es un factor proapoptótico clave- parece estar suprimida en formas especialmente agresivas de cáncer de páncreas.
Hasta ahora se desconocía el mecanismo responsable de esta supresión. "Por tanto, nuestro enfoque consistió en identificar fármacos candidatos que pudieran liberar el potencial supresor del cáncer de NOXA. Utilizando un experimento de cribado de fármacos imparcial para probar sistemáticamente sustancias en líneas celulares alteradas genéticamente, pudimos identificar una sustancia eficaz", explica Wirth.
La sustancia en cuestión era un inhibidor del factor de transcripción conocido como RUNX1, que suele estar presente en grandes cantidades en los pacientes con cáncer de páncreas y se asocia a un pronóstico inferior.
Los investigadores realizaron una serie exhaustiva de análisis de la expresión génica en todo el genoma para identificar la actividad de los genes. Esto permitió a los investigadores demostrar que la pérdida del gen RUNX1 anula la supresión de la proteína NOXA, lo que sugiere que la proteína RUNX1 impide la apoptosis, lo que significa que tiene un efecto promotor del cáncer.
Los investigadores también descubrieron que la actividad del gen NOXA se controla a través de la interacción espacial con una secuencia distante de ADN no codificante a la que puede unirse el factor de transcripción RUNX1.
En el marco de una colaboración con otros científicos alemanes, los investigadores pudieron demostrar el mismo efecto inductor de la apoptosis de la inhibición de RUNX1 tanto en un modelo de ratón como en organoides (cultivos celulares tridimensionales derivados de pacientes con cáncer).
"Nuestros hallazgos dirigen, por tanto, nuestra atención hacia los inhibidores eficaces de RUNX1 como una nueva opción potencial en el tratamiento del cáncer de páncreas. Ahora estamos investigando hasta qué punto este mecanismo recién descubierto podría trasladarse a otros tipos de cáncer. Nuestro siguiente paso será probar más sustancias, en particular las que ya están en uso clínico. Esperamos que esto nos permita descubrir posibles terapias combinadas que luego se probarían en estudios clínicos y, en última instancia, ampliarían las opciones de tratamiento disponibles para los pacientes con cáncer", resume Wirth.