Desarrollan una técnica para los casos de fibrilación auricular en los que está contraindicado el uso de anticoagulantes

Implantación de dispositivo contra la fibrilación auricular
SOCIEDAD ESPAÑOLA DE CARDIOLOGÍA
Actualizado: miércoles, 17 abril 2013 17:20

MADRID 17 Abr. (EUROPA PRESS) -

Especialistas de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) ha presentado este miércoles en Santander, en el marco de la 'XII Reunión de la Sección de Electrofisiología y Arritmias' de la SEC, una nueva técnica para el tratamiento de la fibrilación auricular (FA) que no puede tratarse con anticoagulantes.

Pese a que al 67 por ciento de los pacientes con fibrilación auricular se les recomienda el uso de fármacos anticoagulantes como tratamiento preventivo de ictus, en el 15 por ciento de los mismos está contraindicado por riesgo de sufrir hemorragias, por lo que no disponían de un tratamiento eficaz hasta ahora.

Gracias a los últimos avances tecnológicos, los cardiólogos pueden ahora acceder a la orejuela de la aurícula izquierda, zona en la que se forman la mayoría de trombos, taponándola e impidiendo la circulación en esta zona. Así, consiguen evitar la formación de trombos en su interior, previniendo la aparición del ictus.

Esta nueva técnica, que está empezando a realizarse en España y que ha sido recomendada recientemente por la 'European Society of Cardiology' para el tratamiento de las arritmias, se realizará precisamente en vivo este próximo jueves dentro de la XII reunión de esta sección de la SEC, a la que están asistiendo más de 600 cardiólogos.

Los especialistas apuntan además al hecho de que el cierre percutáneo de la orejuela izquierda, además de ofrecer un tratamiento efectivo para aquellas personas que no pueden controlar de forma efectiva la fibrilación con medicamentos anticoagulantes, elimina el riesgo de sangrado, una molestia que es permanente en las personas que sí que se anticoagulan.

"La gran mayoría de trombos que acaban provocando un ictus a causa de la fibrilación auricular se forman en la orejuela de la aurícula izquierda, siendo los anticoagulantes el tratamiento más común para evitar que estos trombos se formen y posteriormente se desprendan ya sean los clásicos fármacos antivitamina K --el conocido Sintrom--, o los nuevos rivaroxaban y dabigatrán", ha explicado el jefe de la Sección de Cardioestimulación de la Unidad de Arritmias del Hospital Clínico de Valencia, Ricardo Ruiz Granell.

Con todo, ha aludido a las nuevas técnicas desarrolladas para aquellos casos en los que los anticoagulantes no estén indicados. "Una de ellas es el cierre percutáneo de la orejuela izquierda, que consiste en introducir en este apéndice de la aurícula izquierda un dispositivo que tapona esta zona, excluyéndola de la circulación y evitando, así, el movimiento del trombo. En definitiva, se crea una barrera mecánica que aísla el trombo para que este no cause un accidente cerebrovascular", ha ahondado este especialista.

Para los expertos este procedimiento ofrece dos grandes beneficios. Por un lado, ser un tratamiento eficaz para aquellas personas que no encontraban una forma efectiva de controlar su fibrilación; y por otro, la posibilidad de eliminar el uso de anticoagulantes o antiagregantes.

"El riesgo inicial de sangrado asociado a una operación de este tipo se desvanece con el tiempo, mientras que los pacientes que toman algún anticoagulante tendrán riesgo de hemorragia el resto de su vida", ha reiterado.

Precisamente, esta novedosa técnica la realizará este próximo jueves el doctor Ignacio García Bolao, miembro de la SEC y director del departamento de cardiología y cirugía cardíaca de la Clínica Universitaria de Navarra, analizándose sus resultados desde el Palacio de Exposiciones y Congresos, lugar en el que se está celebrando la reunión de la Sección de Electrofisiología y Arritmias de la SEC.

FIBRILACIÓN AURICULAR, LA ARRITMIA MÁS FRECUENTE

En España, según datos del estudio OFRECE realizado por la SEC, el 4,4 por ciento de la población mayor de 40 años padece esta enfermedad, lo que representa más de 1.018.000 personas.

"Aunque esta prevalencia es ya de por sí preocupante, más lo es todavía cuando tenemos en cuenta el factor edad, ya que se calcula que esta prevalencia se duplica a partir de los 70 años, y se triplica a partir de los 80 años", ha advertido Ruiz Granell. Para este experto, otro aspecto a tener en cuenta es que "entre el 25 y el 30 por ciento de los enfermos no sabe que padece esta enfermedad, por lo que sus probabilidades de sufrir un ictus aumentan de forma exponencial".

Los latidos desacompasados típicos de la fibrilación favorecen la aparición de trombos, que pueden viajar desde el corazón hasta al cerebro, provocando un infarto cerebral o ictus. De hecho, su padecimiento multiplica por cinco el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular, especialmente entre aquellas personas que también padecen hipertensión, diabetes, insuficiencia cardiaca, que tienen una edad avanzada y/o que tienen antecedentes de ictus.

Implantación del dispositivo.jpg