MADRID 25 Mar. (EUROPA PRESS) -
Una nueva estrategia ideada por científicos de la Facultad de Medicina Albert Einstein, de la Universidad Yeshiva, en Estados Unidos, ha logrado que los tumores de páncreas sean visibles para el sistema inmunitario de los ratones y vulnerables al ataque inmunitario, reduciendo la metástasis del cáncer en un 87%, según publican en línea en la revista 'Science Translational Medicine'.
"Los fármacos inhibidores de los puntos de control actuales funcionan bien contra algunos tipos de cáncer, pero rara vez ayudan a las personas con cáncer de páncreas", afirma la doctora Claudia Gravekamp, autora del artículo y profesora asociada de microbiología e inmunología en el Einstein y miembro del Centro Oncológico Albert Einstein, designado por el Instituto Nacional del Cáncer.
"El problema es que los tumores de páncreas no son lo suficientemente 'extraños' como para atraer la atención del sistema inmunitario y, por lo general, pueden suprimir cualquier respuesta inmunitaria que se produzca --explica--. Esencialmente, nuestra nueva terapia hace que los tumores inmunológicamente 'fríos' se calienten lo suficiente para que el sistema inmunitario los ataque y destruya".
La estrategia de tratamiento de la doctora Gravekamp aprovecha el hecho de que prácticamente todas las personas son vacunadas en la infancia contra el tétanos, una grave enfermedad causada por una proteína tóxica que segrega la bacteria 'Clostridium'.
Gracias a sus células T de memoria específicas para el tétanos, que circulan por el torrente sanguíneo durante toda la vida, las personas vacunadas tendrán una fuerte respuesta inmunitaria si posteriormente se exponen a la toxina del tétanos, que es muy extraña. Los investigadores despertaron eficazmente una respuesta inmunitaria potente y específica contra las células cancerosas del páncreas infectándolas con bacterias que liberan la toxina tetánica en las células.
Utilizando la misma vacuna antitetánica que se administra a las personas, los investigadores vacunaron a modelos de ratón de cáncer de páncreas (es decir, ratones con tumores pancreáticos humanos). A continuación, fusionaron el gen que codifica la toxina tetánica con la bacteria 'Listeria monocytogenes,' no causante de enfermedades, que es muy hábil para infectar células y propagarse por los tejidos. Por último, para infectar y "tetanizar" los tumores, inyectaron las bacterias con sus cargas de genes tetánicos en los ratones portadores de tumores previamente vacunados.
"La bacteria Listeria es bastante débil y el sistema inmunitario de las personas y los animales la elimina fácilmente, excepto en las zonas tumorales -explica Gravekamp--. Nuestra estrategia de tratamiento aprovecha el hecho de que los tumores de páncreas son tan buenos para suprimir el sistema inmunitario para protegerse. Esto significa que sólo las bacterias Listeria de la región del tumor sobreviven lo suficiente para infectar las células del tumor pancreático y que las células sanas no se infectan".
Una vez que las bacterias Listeria infectaron las células tumorales, sus genes de toxina tetánica expresaron la proteína de toxina tetánica dentro de las células tumorales, desencadenando una fuerte respuesta inmunitaria. La toxina tetánica activó los linfocitos T de memoria específicos del tétanos preexistentes, haciendo que los linfocitos T CD4 atacaran y mataran a las células tumorales infectadas.
Las respuestas de las células T se potenciaron añadiendo dosis bajas de gemcitabina (un fármaco de quimioterapia que reduce la supresión inmunitaria). El tratamiento redujo el tamaño de los tumores de páncreas en los ratones en una media del 80% y también redujo significativamente el número de metástasis en un 87%, mientras que los animales tratados vivieron un 40% más que los no tratados (control).
"Los resultados indican que este enfoque terapéutico podría ser una inmunoterapia útil para el cáncer de páncreas, así como para otros tipos de cáncer, como el de ovario, que siguen siendo difíciles de tratar", apunta Gravekamp, profesora asociada de microbiología e inmunología en Einstein y cofundadora de Loki Therapeutics, a la que el centro investigador ha concedido la licencia de la tecnología subyacente que planea comercializar la tecnología en beneficio de los pacientes.