MADRID, 17 Jul. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de investigadores del Instituto Avanzado de Ciencia y Tecnología de Corea ha desarrollado un nuevo método de tratamiento contra la enfermedad inflamatoria intestinal crónica (EII) basado en nanopartículas que imitan una capa especial de carbohidratos (glicocálix) situada en las células intestinales inflamadas, y que desencadenan efectos antiinflamatorios en los lugares enfermos del intestino.
La enfermedad inflamatoria intestinal crónica (EII), como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, va en aumento en todo el mundo. Los beneficios de los medicamentos actuales se ven limitados por sus problemáticos efectos secundarios.
Calambres estomacales y diarrea intensa, a menudo acompañados de una importante pérdida de peso, son algunos de los síntomas que sufren repetidamente los pacientes con EII, a menudo durante semanas.
Las causas de esta enfermedad siguen sin estar claras, pero parecen estar relacionadas con un mal funcionamiento del sistema inmunitario. Aún no se vislumbra una cura.
Los tratamientos actuales tratan de reducir los síntomas con antiinflamatorios, como el ácido 5-aminosalicílico (5-ASA), corticosteroides e inmunomoduladores. No se recomienda su uso a largo plazo debido a sus graves efectos secundarios, como el alto riesgo de infección derivado de la inmunosupresión.
Este nuevo estudio, publicado en la revista científica 'Angewandte Chemie', ha desarrollado un método innovador de medicación que puede tomarse por vía oral y se dirige a las zonas inflamadas del tracto gastrointestinal, minimizando los efectos sistémicos.
El punto de partida fue el glicocálix, una capa rica en carbohidratos que recubre las células de la superficie del intestino. Las bacterias intestinales beneficiosas, que tienen su propio glicocálix, se adhieren a esta capa.
En las enfermedades de la familia de la EII, los patrones de carbohidratos del glicocálix de las regiones intestinales inflamadas están tan alterados que las bacterias patógenas pueden adherirse y penetrar en la mucosa.
El equipo desarrolló nanopartículas que imitan el patrón del glicocálix. Partiendo de los cinco monómeros de azúcar más comunes en la naturaleza, produjeron una colección ("biblioteca de sustancias") de diferentes cadenas poliméricas que tienen uno, dos, tres, cuatro o cinco de estos azúcares en orden y composición aleatorios como cadenas laterales.
Estas cadenas poliméricas se agregan formando nanopartículas. También agregaron moléculas de bilirrubina. La bilirrubina es un pigmento biliar que es un antioxidante producido naturalmente por el organismo y tiene un efecto antiinflamatorio.
Cuando se administraron por vía oral a ratones con EII, algunas versiones de estas nanopartículas redujeron los síntomas significativamente mejor que el fármaco 5-ASA.
Las nanopartículas con manosa y N-acetilglucosamina fueron las más eficaces. Estos dos azúcares aumentan la captación de las nanopartículas por los macrófagos activados del intestino inflamado, y la bilirrubina inhibe muy eficazmente la actividad inflamatoria de estas células inmunitarias.
La concentración de ciertas citoquinas inflamatorias se reduce significativamente, se estimula la producción de factores antiinflamatorios y se reduce el estrés oxidativo. El efecto inmunosupresor se limita a las zonas inflamadas del intestino, lo que minimiza los efectos secundarios sistémicos desfavorables.