El estudio revisa datos de 122.000 mujeres que participaron en cribados
BARCELONA, 8 Abr. (EUROPA PRESS) -
Médicos e investigadores del Hospital del Mar de Barcelona y del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (Imim) han desarrollado un nuevo modelo de riesgo para el cribado del cáncer de mama, basado en cuatro variables, que permite por primera vez prever el riesgo de desarrollar esta patología a largo plazo, incluso a 20 años vista.
El trabajo, publicado en la revista 'Plos-One', ha revisado datos de casi 122.000 mujeres, que se han sometido a una mamografía de control en el Hospital del Mar y en el Hospital de Sant Pau entre los años 1995 y 2015, ha informado el hospital este jueves en un comunicado.
Este estudio da continuidad a la línea de investigación de evaluación en cribado poblacional de cáncer de mama liderada por el jefe del Servicio de Epidemiología y Evaluación del Hospital del Mar, Xavier Castells.
Los modelos actuales permiten predecir como máximo a dos, cinco o a diez años el riesgo de que una mujeres desarrolle esta enfermedad y no estaban, en términos generales, orientados a las mujeres participantes en el cribado de cáncer de mama.
La propuesta de los investigadores tiene en cuenta la edad de las mujeres y sus antecedentes familiares, así como los de lesiones benignas en la mama y la presencia de patrones sospechosos en pruebas de imagen previas para establecer el riesgo de desarrollar un cáncer de mama en un plazo que va de los dos a los 20 años.
"El modelo permite, por primera vez, predecir el riesgo de desarrollar la enfermedad en intervalos de dos años, hasta llegar a los 20 años, cuando, generalmente, los modelos anteriores tenían una capacidad de predicción de un solo horizonte temporal", ha dicho el autor principal del estudio, el matemático e investigador del Imim Javier Louro.
ADAPTAR EL SEGUIMIENTO
Este hecho puede permitir, según los investigadores, adaptar el seguimiento de las pacientes en función de su riesgo, personalizando la frecuencia de las pruebas de cribado, que ahora se hacen cada dos años a todas las mujeres entre los 50 y los 69 años.
Los investigadores han analizado 20 años de datos de los programas de cribado, con un seguimiento medio de 7,5 años de las mujeres que pasaron, y de las 122.000 que se sometieron a las pruebas, 2.058 acabaron desarrollando un cáncer de mama.
El análisis revela que el riesgo más alto se detectaba en las que tenían antecedentes familiares de esta enfermedad, lesiones benignas proliferativas y calcificaciones activas.
La investigadora Marta Roman ha destacado que el estudio proporciona información esencial a la hora de plantear seguimientos más personalizados de las mujeres participantes en el cribado: "A las mujeres de más riesgo se les podría ofrecer hacerse una mamografía cada año o una resonancia magnética; en cambio, a las participantes de menor riesgo, el tiempo entre éstas se podría ampliar".