CASTELLÓN 2 Feb. (EUROPA PRESS) -
La Universitat Jaume I de Castellón (UJI) ha desarrollado nuevos compuestos para el tratamiento de enfermedades infecciosas tropicales como la malaria, la enfermedad del sueño, el mal de Chagas y la leishmaniasis. Se trata de un "alentador" avance, ya que los compuestos, patentados por la UJI, muestran además una baja toxicidad, lo que podría evitar los efectos secundarios en el tratamiento de estas enfermedades, según ha informado la institución académica en un comunicado.
Las enfermedades infecciosas tropicales son patologías presentes principalmente en los países en desarrollo que son transmitidas por insectos que transportan un parásito infeccioso para los seres humanos. Estas enfermedades, además de ser un "obstáculo" para el desarrollo económico y social de esos territorios, generan "enormes" perjuicios en términos de sufrimiento humano y mortandad, según la UJI.
Los compuestos patentados por la UJI responden a este desafío sanitario mundial y pueden ser la base para el desarrollo de nuevos fármacos "más eficaces" y "menos tóxicos" para estas patologías, ya que los medicamentos que actualmente se emplean muestran una baja eficacia o bien efectos secundarios indeseables.
La innovación de estos compuestos reside en su alta selectividad y baja toxicidad, ya que, como ha explicado el investigador de la UJI Florenci González Adelantado, "los nuevos compuestos químicos inhiben la acción de unas enzimas que catalizan procesos metabólicos claves durante la infección de protozoos que causan las enfermedades tropicales infecciosas".
IMPIDEN EL AVANCE DE LA INFECCIÓN
"Así, los compuestos que hemos desarrollado bloquean el ciclo de vida natural de estas enzimas, llamadas cisteína proteasas, e impiden el avance de la infección sin mostrar los efectos secundarios que tienen los compuestos tradicionalmente utilizados en el tratamiento de estas enfermedades", ha añadido.
Se trata de un "alentador" hallazgo que se enmarca en las recientes líneas de investigación encaminadas a la búsqueda de compuestos capaces de inhibir la acción de las cisteína proteasas con el objetivo de bloquear el ciclo de vida natural de los protozoos e impedir el avance de la infección.
De esta manera, los compuestos diseñados son estructuras novedosas inhibidoras de estas enzimas que podrían dar lugar a nuevos fármacos para combatir la malaria, la enfermedad de Chagas, la del sueño y la leishmaniasis, especialmente como una alternativa a la terapia tradicional en organismos resistentes.