MADRID, 19 May. (EUROPA PRESS) -
Un anticuerpo identificado por primera vez en una muestra de sangre de un paciente que se recuperó del Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS) en 2003 inhibe en el laboratorio los coronavirus similares, incluido el del COVID-19, según un estudio de la Universidad de Washington (Estados Unidos). El anticuerpo, llamado S309, se encuentra ahora en una vía rápida de desarrollo y pruebas para realizar posibles ensayos clínicos.
"Todavía tenemos que demostrar que este anticuerpo es protector en los sistemas vivos, lo que aún no se ha hecho. Si se demuestra que el anticuerpo funciona contra el nuevo coronavirus en las personas, podría formar parte del armamento contra la pandemia", puntualiza David Veesler, autor principal del trabajo, que se ha publicado en la revista 'Nature'.
Este laboratorio no es el único que busca anticuerpos neutralizantes para el tratamiento de COVID-19. Sin embargo, lo que hace que este anticuerpo sea diferente es que su búsqueda no se llevó a cabo en personas que tenían COVID-19, sino en alguien que se había infectado hace 17 años durante una epidemia de SARS. "Esto es lo que nos permitió movernos tan rápido en comparación con otros grupos", argumenta Veesler.
Los científicos identificaron varios anticuerpos monoclonales de interés de las células B de memoria del sobreviviente del SARS. Las células B de memoria se forman después de una enfermedad infecciosa. Su linaje puede durar a veces de por vida. Normalmente recuerdan un patógeno, o uno similar, que el cuerpo ha expulsado en el pasado, y lanzan un anticuerpo de defensa contra una reinfección.
Varios de los anticuerpos de las células B de memoria de los sobrevivientes del SARS se dirigen a una estructura proteica en los coronavirus. Esta estructura es crítica para la capacidad de los coronavirus de reconocer un receptor en una célula, fusionarse con ella e inyectar su material genético en la célula. Esta maquinaria de infectividad se encuentra en los picos que coronan al coronavirus.
El anticuerpo S309 es particularmente potente para atacar y desactivar la proteína 'spike' que promueve la entrada del coronavirus en las células. Fue capaz de neutralizar el SARS-CoV-2, el virus del COVID-19, al atacar una sección de la proteína de punta cercana al sitio de unión con la célula huésped.
A través de sus estudios de crioelectrónica y ensayos de unión, los investigadores aprendieron que el anticuerpo S309 reconoce un sitio de unión en el coronavirus que se conserva en muchos sarbecovirus, no solo en los virus del SARS y COVID-19. Probablemente por eso este anticuerpo, en lugar de ser único, es capaz de actuar contra los coronavirus relacionados.
La combinación del anticuerpo S309 con otros anticuerpos, aunque más débiles, identificados en el paciente de SARS recuperado mejoró la neutralización del coronavirus COVID-19. Este enfoque de cóctel de múltiples anticuerpos podría ayudar a limitar la capacidad del coronavirus para formar mutantes capaces de escapar a un tratamiento de anticuerpos de un solo ingrediente, según los investigadores.
Los científicos esperan que estos resultados iniciales allanen el camino para utilizar el anticuerpo S309, solo o mezclado, como medida preventiva para las personas con alto riesgo de exposición al coronavirus COVID-19 o como terapia posterior a la exposición para limitar o tratar enfermedades graves.