Se debe entender previamente las causas, y no "limitarse a paliar" los efectos o síntomas
MADRID, 23 Ene. (EUROPA PRESS) -
Para que el psicólogo pueda resolver cualquier conflicto es "imprescindible" que tenga en cuenta el comportamiento, lo que piensa y lo que siente el paciente, así como la correcta relación entre estos tres aspectos y el modo correcto de abordar cada uno de ellos, según han subrayado los psicólogos María Ibáñez Goicoechea y Jesús Jiménez Cascallana.
Asimismo, ambos especialistas apuntan que todo ello es "necesario para que un tratamiento sea realmente efectivo"; así como entender previamente sus causas, y no "limitarse a paliar sus efectos o síntomas".
Respecto a esto último, han puesto como ejemplo el caso de pacientes con ansiedad o con depresión, con quienes se actúa sobre los síntomas "sin adentrarse en las causas", o la denominada baja autoestima, que "se pretende resolver tratando de elevarla con diferentes métodos, en lugar de entender cuál es la causa" y resolverla.
También destacan que el sufrimiento proviene de "conceptos erróneos" sobre la realidad. Una de estas ideas erróneas es que "el miedo es beneficioso, que es adaptativo", o que no se puede resolver, solo gestionar o soportar.
Tanto Ibáñez como Jiménez sostienen que se suele confundir el miedo con la percepción de peligro. La percepción del peligro "es muy beneficiosa, el miedo no". La realidad es "que el miedo paraliza, pone más en peligro y hace sufrir, y es el efecto de causas que se pueden comprender y resolver".
TRASTORNO FRECUENTES
El trastorno más frecuente que han abordado es el de la ansiedad; en segundo lugar los trastornos depresivos y, tras ellos, los problemas de pareja y convivencia, de conducta, del ámbito laboral y los de relación interpersonal.
Pero estos van en función del ámbito, pues en el caso de la de la clínica son las fobias, ansiedad generalizada, agorafobia, trastornos de pánico, obsesivo-compulsivos, trastorno bipolar, depresión, estréspost-traumático, algunos de los más frecuentes.
En psicología de la salud, se encuentran el dolor crónico, trastornos derivados de lesiones deportivas, trastornos gastrointestinales, insomnio, pacientes con afecciones oncológicas severas y estrés.
En cuanto a las intervenciones en ámbitos psicosociales las más frecuentes son aquellas en relación con separaciones matrimoniales, bajas laborales, divorcios, guarda y custodia de los hijos, adopciones nacionales e internacionales, infertilidad, responsabilidad penal e internamiento en prisión, procesos judiciales, despidos laborales, atención a personas dependientes y violencia familiar.
Por último, en niños y adolescentes algunos de los más comunes son miedos, fobias, trastornos psicosociales en el aula, déficit de atención e hiperactividad (TDAH), trastornos del sueño, terrores nocturnos, trastornos negativista y disocial, trastorno obsesivo compulsivo (TOC), depresión infantil, dificultades de aprendizaje, trastornos psicóticos, problemas de atención y concentración, trastornos asociados a procesos de adopción extranjeros y orientación en el cambio de centro educativo.