MADRID, 11 Ene. (EUROPA PRESS) -
La cirugía que no involucra al corazón puede causar daño a este órgano en personas con riesgo conocido o alto de desarrollar enfermedad cardiaca y se vincula con un mayor riesgo de muerte, según concluye una investigación que se publica en 'Circulation', una publicación de la Asociación Americana del Corazón.
El daño a las células cardiacas durante o después de una cirugía no cardiaca, conocido como lesión perioperatoria del miocardio (PMI, por sus siglas en inglés), es una complicación importante aún no detectada tras una cirugía no cardiaca y está fuertemente asociada con la muerte dentro de los 30 días posteriores a la cirugía, según este trabajo. Las causas de PMI aún están bajo investigación.
"Los pacientes con PMI son fácilmente ignorados porque no muestran síntomas de enfermedad cardiaca en la mayoría de los casos y muy rara vez experimentan dolor en el pecho, que es el síntoma típico de un ataque al corazón", subraya el primer autor del estudio, Christian Puelacher, investigador clínico en el Instituto de Investigación Cardiovascular de Basilea, en Basilea, Suiza.
Para determinar si la cirugía no cardiaca de un paciente dañó las células del corazón, los investigadores seleccionaron a los pacientes para evaluar la existencia de PMI midiendo los niveles de troponina, una proteína del corazón, en la sangre antes y después de la cirugía para determinar si había una lesión en el corazón. La troponina puede indicar daño al corazón incluso cuando el paciente no tiene síntomas.
Las cirugías no cardiacas variaron desde intervenciones de bajo riesgo (operación de próstata o rodilla) a riesgo moderado (reemplazo de cadera o remoción de la vesícula biliar) hasta operaciones de alto riesgo (derivación arterial periférica o resección de un pulmón o el hígado).
MÁS RIESGO DE MUERTE HASTA UN AÑO DESPUÉS DE LA OPERACIÓN
Los investigadores encontraron que uno de cada siete pacientes mayores de 65 años o con enfermedad arterial coronaria preexistente, enfermedad arterial periférica o accidente cerebrovascular desarrollaron PMI. Más del 90 por ciento de los pacientes con PMI informaron de dolor típico en el pecho. Los pacientes con PMI tenían seis veces más probabilidades de morir por cualquier causa dentro de los 30 días en comparación con los pacientes sin PMI. La alta tasa de mortalidad asociada con PMI persistió hasta un año después de la cirugía.
El aumento en la tasa de mortalidad dentro de los primeros 30 días de la cirugía destaca que el PMI se relaciona con la muerte temprana después de la cirugía, dice Puelacher. Tras un año, estaba claro que los pacientes que presentaban altos niveles de troponina, lo que significaba que había daños en el corazón por cirugía no cardiaca, registraban más probabilidades de morir, y que el principal incremento en las muertes se observó en las primeras semanas tras la cirugía.
"Reconocer el PMI como un posible contribuyente a la muerte después de la cirugía podría ayudar a mejorar los resultados de la cirugía no cardiaca --propone Puelacher--. Sin embargo, dado que no hay recomendaciones claras de tratamiento para estos pacientes, actualmente el tratamiento debe adaptarse a cada paciente individualmente. Por lo tanto, se necesita más investigación para encontrar estrategias de gestión de PMI óptimas tras la detección".
Los pacientes se inscribieron en el estudio BASEL-PMI, que tiene como objetivo mejorar los resultados de los pacientes después de la cirugía no cardiaca, centrándose en las complicaciones del corazón en el periodo posterior a la cirugía. Entre 2014 y 2015, se incluyeron a 2.018 pacientes con riesgo conocido o alto de desarrollar cardiopatía sometidos a 2.546 cirugías no cardiacas en el Hospital Universitario de Basilea en Suiza.