VALENCIA, 4 Mar. (EUROPA PRESS) -
El Hospital La Fe de Valencia ha aplicado con resultados muy positivos a dos niños con retinoblastoma intraocular avanzado una nueva terapia que evita la extracción del ojo al administrar la quimioterapia directamente en la arteria oftálmica a través de un catéter que se introduce por la arteria femoral.
Los doctores Rafael Martínez-Cosa, de Oftalmología, Julia Balaguer, de Oncología Infantil,, y Víctor Vázquez, de Radiología Intervencionistas, ofrecieron esta viernes una rueda de prensa para explicar este tratamiento contra este tumor infantil, que afecta a uno de cada 20.000 nacimientos, acompañados por los padres del primer pequeño al que se le ha aplicado.
Hasta los años 60, a los niños afectados se les quitaban los dos ojos y pese a ello solían fallecer. Posteriormente, se consiguió extraer sólo un ojo y salvar la vida de los menores, con una supervivencia del 98 por ciento, pero esta pérdida causa importantes secuelas físicas y psicológicas del menor.
Este iba a ser el caso de Johan, un niño de dos años al que sus propios padres le detectaron el tumor al observarle una mancha blanca en la pupila y al que el 21 de septiembre le iban a extirpar el ojo afectado. Pero un día antes, cuando ya habían asumido esta pérdida, han relatado sus padres, les llamaron del hospital para comentarles que existía una nueva técnica que evitaba la enucleación.
Los padres, Cristian Toro y Marlen Rojas les pidieron que por favor hicieran todo lo posible y los médicos de La Fe se pusieron en contacto con el Memorial SolanKetering Cancer Center de Nueva York, pionero mundial en esta técnica, para pedir con urgencia los protocolos de actuación. La suerte es que uno de los doctores, Víctor Vázquez, había trabajado allí, lo que permitió agilizar un proceso que suele llevar un tiempo que Johan no tenía.
Y, aunque "todavía no se puede cantar victoria", la técnica ha sido un éxito. "Es impresionante. Las fotos mostraban que el cáncer estaba en todo el ojo y ahora sólo está pequeñito en una esquina. Les debo mi vida", recalca la madre. Así, cuenta emocionada que han desaparecido los efectos secundarios provocaban a su hijo la quimioterapia tradicional como vómitos mientras que ahora perfectamente las comidas y "está todo el día jugando".
Esta técnica permite aplicar quimioterapia de forma directa y localizada en el tumor a través de un catéter que se desplaza desde la arteria femoral, situada en la ingle, hasta la arteria oftálmica, que llega al ojo por detrás desde el cráneo. De esta manera el paciente recibe dosis más bajas de quimioterapia con una mayor efectividad y menos efectos secundarios ya que el medicamento se canaliza a través de la arteria y los vasos sanguíneos del ojo atacando altumro sin invadir los órganos anexos.
PARA TUMORES LOCALIZADOS
Pero precisamente por ello, esta técnica sólo puede aplicarse en pacientes mayores de seis meses que tengan retinoblastoma intraocular avanzado y muy localizado en un sólo ojo ya que si el cáncer está extendido quedaría una parte del tumor sin tratar "y no hay que olvidar que antes de evitar la pérdida del globo ocular lo importante es curar el cáncer", recalca la doctora Julia Balaguer.
Por su parte, el doctor Víctor Vázquez ha explicado que la dificultad no es llegar a la arteria oftálmica sino lo pequeña que es, menor a un milímetro, lo que se obliga a "trabajar con material muy pequeño para que la quimioterapia entre en el ojo pero que no refluya en las arterias del cerebro".
A Johan le han administrado tres sesiones de esta quimioterapia selectiva, una cada tres semanas. A la otra menor, hace un mes se le administró la primera dosis con "resultados espectaculares". El máximo que se ha aplicado son seis dosis porque "hay que estudiar también la toxicidad que se genera para la pupila", aclara Balaguer.
En cualquier caso, insiste en que tan importante es "aplicar bien la técnica" como hacer un buen diagnóstico y cribado. Hay que tener en cuenta que cuanto más precoz es el diagnóstico menos daños se producen en el ojo y más posibilidades se tienen de que se recupere la visión. De hecho, a Johan ha conseguido incluso recuperar parte de la visión del ojo afectado.
Un método eficaz para lograr una detección temprana es sacarles a los pequeños una fotografía con flash y comprobar que el tradicional reflejo rojo en los ojos no es blanco, uno de los síntomas. La retinoblastoma suele aparecer en torno a los 18 meses hasta los tres años aunque hasta los cinco "no hay que bajar la guardia", advierte la experta.
Este tumor infantil afecta al 3 por ciento de los menores de 15 años y supone unos 3 ó 4 casos al año en la Comunitat Valenciana, Así, en los últimos 38 años se han diagnosticado 96 casos. El último el de un pequeño de Denia (Alicante) cuyo diagnóstico está pendiente de confirmar.