MADRID, 7 Mar. (EUROPA PRESS) -
Un estudio realizado en España ha demostrado que la erradicación del virus de la hepatitis C en pacientes coinfectados con el VIH puede tener a medio plazo un efecto negativo al aumentar el riesgo de padecer un evento cardiovascular, así como de ateroesclerosis preclínica.
Así se desprende de los resultados presentados por investigadores del Grupo de Estudio del Sida (Gesida) de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) presentados en la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI) que se está celebrando en Boston (Estados Unidos).
Su investigación se basó en un estudio prospectivo multicéntrico que incluyó a 237 pacientes coinfectados con ambos virus que iniciaron un tratamiento contra la hepatitis C entre 2012 y 2016 en 14 centros hospitalarios.
Y en él se tuvo constancia de que la presencia de una respuesta viral sostenida, que supone tener una carga viral indetectable y representa en la práctica la erradicación de la hepatitis C, se relacionó con un aumento estadísticamente significativo del riesgo cardiovascular en la escala de Framingham (que permite estimar el riesgo que tiene una persona de sufrir una enfermedad cardiovascular en un período de 10 años). En cambio, en los pacientes que no presentaron esta respuesta no se constató aumento en dicha escala de riesgo.
En estos casos el aumento del riesgo cardiovascular fue impulsado por el aumento del colesterol LDL sérico, conocido popularmente como el 'colesterol malo', ya que según diversos estudios un nivel más alto de colesterol LDL implica una mejor respuesta al tratamiento anti-VHC en pacientes coinfectados.
Esto se debe, según explican los autores, al hecho de que el receptor celular del colesterol LDL también funciona como receptor para la hepatitis C, de modo que se produce una competencia por acceder al mismo. De esta manera, unos mayores niveles de colesterol LDL favorecen una menor unión del virus a las células.
Además, en el estudio se observaron pequeños incrementos en la velocidad de la onda de pulso aórtico (PWV, por sus siglas en inglés) y el grosor íntima medial carotídeo (cIMT). El primer aspecto está considerado como el patrón oro para la medición de la rigidez arterial y es un predictor independiente de enfermedad coronaria y accidente cerebrovascular en sujetos aparentemente sanos. Por su parte, el cIMT es un predictor de infarto de miocardio e ictus.
Hasta la fecha, distintos estudios realizados por expertos de GeSIDA han demostrado que la erradicación de la hepatitis C en pacientes coinfectados con VIH se asociaba con una reducción en el riesgo de diabetes e insuficiencia renal.