MADRID, 5 Oct. (EUROPA PRESS) -
Preguntar a las personas cuánto dinero aceptarían por volver a experimentar dolor puede proporcionar una medida más precisa y comparable de los niveles de dolor que la escala habitual del 1 al 10, según un equipo de investigación internacional dirigido por la Universidad de Lancaster (Reino Unido).
Publicado en la revista 'Social Science & Medicine', el estudio indica que la disposición teórica de las personas a aceptar dinero a cambio de soportar dolor ofrece una forma más confiable de medir el malestar que las medidas convencionales autoinformadas de los niveles de dolor, como escalas numéricas o gráficos de caras y colores.
En una serie de experimentos con más de 300 participantes, voluntarios de entre 18 y 60 años fueron expuestos a estímulos dolorosos leves y se les pidió que calificaran la intensidad en una escala numérica o que indicaran la compensación económica que necesitarían para repetir la experiencia. El experimento también incluyó un estudio de analgesia con personas que experimentaron los mismos estímulos dolorosos, pero un grupo recibió un placebo y el otro la crema analgésica.
Los resultados revelaron que la medida monetaria distinguía más claramente entre los diferentes niveles de dolor, detectaba los efectos del alivio del dolor de manera más consistente y permitía comparaciones más significativas entre individuos.
La conocida pregunta "califica tu dolor del 1 al 10" se usa ampliamente en entornos clínicos y de investigación, pero sus limitaciones son bien conocidas. Cada persona interpreta la escala de forma diferente, lo que dificulta la comparación de resultados entre personas o grupos. Por el contrario, los autores del estudio afirman que ponerle precio al dolor crea un marco de referencia común.
NO ES MERCANTILIZAR EL SUFRIMIENTO
"A todos nos han pedido que califiquemos nuestro dolor del uno al diez, pero el tres de una persona puede ser el cinco de otra, y esas cifras pueden variar con la experiencia --explica el profesor Carlos Alós-Ferrer, de la Escuela de Administración de la Universidad de Lancaster--. Nuestra investigación propone una solución mejor: convertir el dolor en dinero, no para mercantilizar el sufrimiento, sino para crear una escala que todos podamos compartir".
"Distintas personas seguirán asignando un precio distinto al mismo dolor, pero no hay problema en interpretar la pregunta --prosigue--. Como resultado, las mediciones son más precisas y la variación de niveles bajos a altos de dolor se refleja claramente en la escala monetaria. Esto resulta útil para los ensayos clínicos que estudian la eficacia de los analgésicos y tratamientos, ya que los participantes se asignan aleatoriamente a diferentes grupos".
Los autores del estudio afirman que es importante perfeccionar la medición del dolor autoinformado, ya que una medición inexacta puede provocar un manejo inadecuado del dolor, por ejemplo, en una emergencia, una reducción en la calidad de vida de quienes padecen enfermedades crónicas y una carga considerable para los sistemas de salud.
Por ejemplo, en Estados Unidos se gastan anualmente más de 600.000 millones de dólares en tratar el dolor, superando el coste del tratamiento de las enfermedades cardíacas y la diabetes.
Los autores sugieren que su método proporciona un enfoque complementario para medir de forma fiable el dolor experimentado en diferentes individuos y podría abrir la puerta a futuras investigaciones que mejoren la medición y el manejo del dolor.