MADRID, 2 Jun. (EUROPA PRESS) -
La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) ha elaborado un consenso para definir, diagnosticar y tratar el solapamiento del asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), un problema que afecta hasta al 4,5 por ciento de la población y que hasta ahora ha suscitado diversos debates sobre su concepto y diagnóstico.
El documento, que se presentará en el 50 Congreso de esta sociedad científica que arranca este viernes en Madrid, aborda la combinación de ambos trastornos que se define como la existencia de una limitación crónica al flujo aéreo persistente, en pacientes fumadores o exfumadores, que presenta además características de asma.
Una situación que favorece que estos pacientes presenten más síntomas, peor calidad de vida y un mayor riesgo de exacerbaciones que los pacientes que únicamente sufren EPOC.
"A pesar del acercamiento de opiniones entre los especialistas de asma y los de EPOC, no existía todavía un criterio uniforme", ha señalado el neumólogo Marc Miravitlles, coordinador de la Guía Española de la EPOC (GesEPOC).
Para ello, representantes de esta guía y de la Guía Española para el Manejo del Asma (GEMA) han formado un grupo de trabajo para unificar criterios sobre su diagnóstico, que se debe confirmar a partir de una evaluación secuencial de tres pasos.
Para ello, debe constatarse la presencia de limitación crónica al flujo aéreo persistente en pacientes de más de 35 años, fumadores o exfumadores; el diagnóstico de asma actual incluyendo antecedentes familiares o personales de asma en la infancia o de sensibilización a determinados alérgenos, además de la confirmación diagnóstica objetiva por reversebilidad de los flujos espirométricos mediante espirometría o una prueba broncodilatadora (PBD) positiva.
Y en el caso de que no se pueda establecer el diagnóstico del asma, una PBD muy positiva, o bien ante la presencia de una concentración elevada de eosinófilos en sangre.
EN BUSCA DE UN VERDADERO SOLAPAMIENTO
De este modo, se englobaría a pacientes con un verdadero solapamiento de asma y EPOC, ya que comparten ambos diagnósticos, más aquellos pacientes con una EPOC con rasgos asmáticos definidos por un componente inflamatorio eosinofílico o una gran reversibilidad de la obstrucción al flujo aéreo.
Estudios previos reconocen el asma infantil como un factor de riesgo independiente para el desarrollo de la EPOC, especialmente si coincide el consumo de tabaco. Pero, según ha añadido Vicente plaza, coordinador de la GEMA, no existe evidencia que justifique un origen común.
En cuanto a los objetivos del tratamiento, el consenso establece los mismos que para la EPOC y el asma por separado, es decir, prevenir las exacerbaciones, alcanzar y mantener un control aceptable de los síntomas y reducir la obstrucción bronquial.
Para ello, el tratamiento inicial sería una combinación de glucocorticosteroides inhalados y broncodilatadores beta adrenérgicos de larga duración (LABA). Y se considerará la acción de un broncodilatador antimuscarínico de larga duración (LAMA) a dicha combinación si persisten exacerbaciones o síntomas relevantes.