MADRID, 18 Abr. (EUROPA PRESS) -
La seguridad y la eficacia de la crioablación es comparable a la ablación por radiofrecuencia en el tratamiento de la fibrilación auricular y, además, es un proceso más sencillo que acorta el tiempo de procedimiento, según los resultados del estudio 'Fire and Ice' elaborado por Medtronic y publicado en el 'New England Journal o Medicine'.
"Al tratarse del mayor estudio comparativo de estas dos tecnologías, los resultados ofrecen información clínica importante sobre seguridad y eficacia; demuestran que la crioablación ofrece tiempos de procedimiento más reproducibles, lo que beneficia tanto a los pacientes como a los médicos", ha afirmado el vicepresidente y director general del afirmó negocio de AF Solutions, perteneciente al Cardiac and Vascular Group de Medtronic, Colleen Fowler
El ensayo logró alcanzar su criterio de valoración principal al demostrar la no inferioridad de los catéteres de crioablación 'Arctic Front de Medtronic' sin mapeo 3D, respecto a los catéteres de ablación por 'RF ThermoCool' con mapeo 3D a la hora de reducir la recurrencia de las arritmias y la necesidad de fármacos antiarrítmicos.
El criobalón demostró tiempos de procedimiento menores en comparación con el grupo de ablación por radiofrecuencia y, además, emplea refrigerante para crear lesiones circunferenciales para lograr el aislamiento de las venas pulmonares, mientras que la radiofrecuencia emplea calor y requiere mapeo 3D.
El estudio incluyó a un total de 769 pacientes de 16 centros médicos de toda Europa con diagnóstico de fibrilación auricular y que no habían respondido a, al menos, un fármaco antiarrítmico. El seguimiento se realizó durante un máximo de 33 meses tras la ablación inicial.
El estudio se ha presentado durante la 'II Reunión Conjunta Secciones de Electrofisiología y Arritmias y Estimulación Cardiaca' y ha contado con la participación de cinco investigadores: Alberto Barrera del Hospital Universitario Virgen de la Victoria (Málaga), Ricardo Ruiz del Hospital Clínico (Valencia), Nicasio Perez Castellano del Hospital Clínico San Carlos (Madrid) y Lluis Mont del hospital Clínico de Barcelona.