El cribado precoz de ERC puede ahorrar cerca de 16.000 millones de euros en 10 años a los sistemas sanitarios

Archivo - Imagel del tratamiento de diálisis.
Archivo - Imagel del tratamiento de diálisis. - FRESENIUS MEDICAL CARE - Archivo
Publicado: lunes, 27 mayo 2024 18:46

MADRID, 27 May. (EUROPA PRESS) -

Nuevos análisis de un modelo matemático realizado por AstraZeneca, 'IMPACT CKD', sugieren que los sistemas sanitarios de Alemania, Países Bajos, España y Reino Unido pueden ahorrar 15.800 millones de euros en 10 años implementando un cribado temprano y específico de la enfermedad renal crónica (ERC) en pacientes con factores de riesgo como diabetes tipo 2 e hipertensión y con el uso temprano de terapias médicas dirigidas por guías.

Mediante un diagnóstico y tratamiento más tempranos, es posible reducir el riesgo de progresión de la enfermedad y, por lo tanto, la probabilidad y los costes asociados con el manejo de posibles eventos cardiovasculares.

Los datos de este estudio, que es el primero que examina y pronostica el gran impacto de la ERC en un horizonte temporal de 10 años, se han presentado en el 61º Congreso de la Asociación Renal Europea (ERA, por sus siglas en inglés) en Estocolmo (Suecia), junto con datos adicionales de ACT ON CKD (Accelerating Change Together), un programa de evidencia de ERC, que demuestra el impacto económico y de salud de la creciente carga global de la ERC.

El análisis del modelo en los cuatro países europeos citados proyecta que, en pacientes con alto riesgo de ERC, la detección selectiva y el uso temprano del tratamiento dirigido por las guías daría como resultado aproximadamente 774.800 ataques cardíacos menos, 554.400 hospitalizaciones menos por eventos de insuficiencia cardíaca (IC) y 338.200 accidentes cerebrovasculares menos en 10 años, en comparación con la práctica actual.

Asimismo, el ahorro de costes asociado a la reducción de eventos clínicos ascendería a casi 15.800 millones de euros durante un período de 10 años, el equivalente a los salarios combinados de más de 297.000 enfermeras hospitalarias en los cuatro países.

Por otro lado, un segundo análisis en estos países europeos subraya aún más la importancia de la detección selectiva y el tratamiento dirigido por guías para pacientes con alto riesgo de ERC, pues proporciona beneficios clínicos potenciales para los pacientes, además de ahorros de costes.

Al implementar estas estrategias, el análisis pronosticó una reducción en la incidencia de ERC no diagnosticada (estadio 1-2: del 49,2% al 71,6%, estadio 3-5: del 60,2% al 69,8%), diálisis (del 22,6% al 41,9%), eventos cardiovasculares (del 44,6% al 49,1%) y mortalidad (del 4,5% al 9,1%) en comparación con la práctica actual.

El profesor Steven Chadban, catedrático de Medicina Renal de la Universidad de Sydney (Australia) e investigador del estudio IMPACT CKD, ha afirmado que, cuando no se trata, la ERC "puede tener un impacto significativo en la salud del paciente más allá de la función renal".

"Quienes viven con la enfermedad también tienen un mayor riesgo de sufrir complicaciones cardiovasculares, como infarto de miocardio e insuficiencia cardiaca, que comparten factores de riesgo comunes como la diabetes y la hipertensión", ha dicho.

En este sentido, ha explicado que los exámenes de detección proactivos y de rutina en el ámbito de la Atención Primaria pueden ayudar a identificar y controlar la ERC en etapas más tempranas, "con el potencial de mejorar los resultados de los pacientes y reducir los costes asociados con el manejo de eventos cardiovasculares".

En el Congreso también se han presentado datos de evidencia en el mundo real del estudio 'DISCOVER CKD3'. Estos datos de pacientes de todo el Reino Unido, Estados Unidos, España, Italia, Suecia y Japón muestran que, además de la detección, el tratamiento temprano de la ERC desempeña un papel fundamental en la reducción del impacto de la ERC en los pacientes (resultados informados por los pacientes) y los sistemas de salud.

Un análisis preliminar muestra que, durante un período de seguimiento de 12 meses, los pacientes que tomaban inhibidores del sistema renina-angiotensina e inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa tipo 2 tenían un 67 por ciento menos de riesgo de mortalidad por todas las causas y un 20 por ciento menos de riesgo de hospitalización por todas las causas en comparación con pacientes que no reciben medicación protectora de los riñones.

Por su parte, los datos de una encuesta multinacional del ensayo 'PaCE CKD' demuestran que la carga de la ERC no solo representa un alto coste para las economías, sino que también puede reducir la calidad de vida tanto de los pacientes como de los cuidadores.

Los resultados muestran que quienes viven con ERC reportan puntuaciones un 24 por ciento más bajas en encuestas que evalúan el estado de salud general y la calidad de vida relacionada con la salud en comparación con la población general y que, además de los estados de salud deteriorados, los pacientes también informan de un deterioro elevado en las actividades laborales y no laborales, con mayores tasas de ausentismo y presentismo.

En un segundo análisis de los datos de 'PaCE CKD', los cuidadores informaron de desafíos similares, incluidos estados de salud significativamente deteriorados, calidad de vida adversa, problemas financieros y productividad laboral reducida debido al ausentismo y el presentismo.

En palabras de Ruud Dobber, vicepresidente ejecutivo de la Unidad de Negocios Biofarmacéuticos de AstraZeneca, la evidencia presentada en el Congreso de la ERA demuestra tanto la "necesidad urgente" de mejorar las políticas sobre la ERC como el potencial de que tales cambios lleven hacia "un futuro más brillante" para los pacientes, así como ahorros de costes para los sistemas sanitarios.

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