MADRID, 19 May. (EUROPA PRESS) -
Según un nuevo estudio realizado por investigadores de la Facultad de Medicina Perelman, de la Universidad de Pensilvania, en Estados Unidos, el número de pacientes elegibles que se sometieron a las pruebas de detección de la hepatitis C se duplicó cuando éstas ya se habían solicitado, en comparación con los que tuvieron que solicitarlas.
Además, los pacientes del estudio -cuya edad media era de 63 años- se sometieron a las pruebas de detección con mucha más frecuencia cuando se les contactó por correo, en lugar de hacerlo por correo electrónico, según publican los investigadores en la revista 'The BMJ'.
"Creemos que el envío de la orden de laboratorio con la divulgación tuvo tanto éxito porque enmarcó el cribado como algo predeterminado --explica el autor principal del estudio, el doctor Shivan Mehta, director asociado de innovación en Penn Medicine--. Sin embargo, esta estrategia también tuvo éxito porque redujo el esfuerzo y el número de pasos para el cribado tanto por parte del paciente como del clínico".
Se inscribieron en el estudio más de 21.000 pacientes nacidos entre 1945 y 1965, debido a los altos casos de hepatitis C pero a las bajas tasas de cribado en esta población. En Pensilvania, donde se realizó el estudio, la ley estatal exige que los sistemas sanitarios ofrezcan el cribado a los pacientes de este grupo demográfico. Así que los investigadores decidieron que este era un buen lugar para ver si podían mejorar y evaluar rigurosamente algo que estaban haciendo de todos modos.
Se eligió a los pacientes de las consultas de atención primaria participantes en la región de Filadelfia y se les distribuyó aleatoriamente en varios grupos para comparar cuál daba lugar a mayores tasas de cribado: uno examinaba si las pruebas de cribado solicitadas previamente eran mejores que la divulgación tradicional, otro estudiaba la comunicación por correo frente a la electrónica y el último probaba los mensajes basados en la ciencia del comportamiento. La fase activa del estudio se extendió durante 12 meses, desde abril de 2019 hasta mayo de 2020.
Mehta y sus colegas añaden más pruebas al principio de la ciencia del comportamiento de que lo mejor es hacer que la elección más beneficiosa sea la más fácil. En el brazo del estudio en el que los pacientes recibieron una orden de cribado además de la carta de recordatorio habitual, el 43 por ciento de los pacientes completó su cribado de hepatitis C en cuatro meses; sólo el 19 por ciento se sometió a la prueba si sólo recibió la carta de recordatorio sin orden de laboratorio. Esto era lo que los investigadores creían que encontrarían.
Pero el estudio arrojó algunos resultados inesperados. Cuando los investigadores compararon el grupo de pacientes que recibió una carta de notificación por correo con un grupo que fue notificado a través de un portal de pacientes en línea -como los que utilizan muchos sistemas de salud-, el método electrónico tuvo un rendimiento ligeramente inferior, aunque no significativo.
Aproximadamente el 18% de los pacientes a los que se les enviaron cartas completaron el cribado, frente al 14% de los que fueron contactados a través de un portal de pacientes. En esta fase del estudio, la diferencia fue especialmente pronunciada en el caso de los pacientes de raza negra, ya que un 11% menos completó las pruebas de detección si se les recordaba a través del portal del paciente.
"Esta fue la mayor sorpresa para nosotros. Muchos suponen que la mayoría de la gente se está pasando a lo digital, hacia el correo electrónico, pero para algunas poblaciones, las cartas tradicionales podrían ser lo mejor --apunta Mehta--. Además, la experiencia de usuario de los mensajes seguros también puede haber tenido que ver con la menor tasa de respuesta. Los pacientes tienen que hacer clic en un enlace y recordar su contraseña, lo que puede suponer un reto".
Otra sorpresa fue que los mensajes con contenido basado en la ciencia del comportamiento (como "Únase a la mayoría de los pacientes que se han sometido a la prueba de detección de la hepatitis C" o "Anote la fecha en que se hará la prueba") no marcaron una diferencia en las tasas de detección.
Un solo punto porcentual separó a los dos grupos de pacientes: aproximadamente el 15 por ciento de los pacientes a los que se llegó con los mensajes tradicionales se sometieron a las pruebas de detección, frente al 14 por ciento de los del grupo de ciencias del comportamiento.
"Una de nuestras hipótesis es que los mensajes basados en el comportamiento tenían un mensaje más largo, que puede haber sido demasiado para los pacientes --explica Mehta--. Hay algunas pruebas de que los mensajes más cortos pueden ser más eficaces. Ese puede ser el caso en esta situación".
Mehta apunta que este estudio puede informar sobre los esfuerzos clínicos más allá del cribado de la hepatitis C, ayudando a los cribados y a la atención preventiva de otras enfermedades.
Sin embargo, dentro de la hepatitis C, los investigadores creen que la fijación de la orden de cribado fue el mayor impulsor general, por lo que esperan utilizar esa técnica digitalmente también para aumentar potencialmente esas cifras. Además, las recomendaciones de cribado se están ampliando para incluir a todos los adultos mayores de 18 años, lo que significa que hay toda una nueva población a la que llegar.