SAN SEBASTIÁN 27 Dic. (EUROPA PRESS) -
Una investigación de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) ha logrado desarrollar unos recubrimientos para implantes dentales capaces de evitar una posible infección bacteriana, y en el caso de producirse, eliminarla, además de dotar a los implantes de propiedades osteointegradoras, es decir, que favorecen su correcto anclaje al hueso.
La investigadora del grupo de Biomateriales del Departamento de Ciencia y Tecnología de Polímeros de la UPV/EHU Beatriz Palla ha recordado que "aproximadamente el 10% de los implantes debe ser eliminado por problemas de osteointegración, o por la aparición de infecciones".
En ese sentido, ha explicado que a la hora de diseñar estrategias para combatir estos problemas, "hay que tener en cuenta el desafío que supone dotar a la superficie de los implantes de titanio de propiedades antibacterianas", y a su vez, la gran resistencia que son capaces de desarrollar las cepas bacterianas a las terapias convencionales con antibióticos.
El método que ha utilizado el equipo de la UPV/EHU ha sido la síntesis sol-gel, que se basa en la preparación de un disolución (sol) de los precursores que, tras un período de reposo, se convierte en un gel con el que se recubre la superficie del tornillo de titanio y, tras el tratamiento térmico a alta temperatura en estufa, queda adherido definitivamente al tornillo que será implantado.
"Utilizamos el silicio como precursor, porque en muchos estudios se ha demostrado que este compuesto es osteoinductor, por lo que favorece uno de los objetivos que queríamos lograr. Además, para dotar a los materiales de características antibacterianas, añadimos diferentes agentes antibacterianos", ha precisado.
TRES TIPOS
En el estudio llevado a cabo, Palla desarrolló tres tipos de recubrimientos, en función de los diferentes agentes antibacterianos elegidos, cada uno de los cuales tiene un mecanismo de actuación contra las infecciones bacterianas, bien de manera profiláctica impidiendo la adhesión inicial bacteriana y la posterior infección, o bien eliminándola una vez formada.
En el caso de los recubrimientos profilácticos, era necesario "un material con un tiempo de degradación muy largo para que se mantenga el adherido al tornillo y actúe el mayor tiempo posible, impidiendo la adhesión bacteriana", ha comentado.
En los recubrimientos que están destinados a erradicar una infección ya formada, sin embargo, "se requiere un material con una degradación rápida que sea capaz de liberar el agente antibacteriano lo más rápido posible atacando la infección", ha señalado.
Uno de los recubrimientos desarrollados para este fin, además, "está diseñado para ser utilizado in situ en la propia consulta odontológica, sobre el tornillo infectado sin necesidad de retirar el implante del paciente. Este nuevo material está en proceso de patente y bajo secreto industrial", ha destacado la investigadora.
Ante estos resultados, Palla considera que "se puede afirmar que se han desarrollado recubrimientos con capacidad antibacteriana que no afectan a la correcta integración del implante en el hueso mandibular". No obstante, ha reconocido que "queda mucho trayecto por recorrer hasta una posible aplicación y utilización en las consultas odontológicas".