MADRID, 18 Oct. (EUROPA PRESS) -
La COVID-19 ha provocado un descenso del siete por ciento en el número de personas que empezaron a recibir el Tratamiento Renal Sustitutivo (TRS), es decir, esta tasa se situó en 141 pacientes por millón en comparación con los 152 casos registrados en 2019.
Así lo ha desvelado la Sociedad Española de Nefrología (S.E.N.) que, en su congreso científico anual, ha mostrado los datos de la evolución del 2020 en cuanto al número de pacientes con Enfermedad Renal Crónica (ERC) en España.
En total, 6.708 personas iniciaron TRS con diálisis o trasplante a lo largo de 2020, frente a las más de 7.100 que lo hicieron el año anterior. La mayoría de los que iniciaron TRS en 2020 fuero n hombres (67%) y un 60 por ciento con edad igual o superior a 65 años. La causa más frecuente de enfermedad renal en estos casos fue la diabetes, con un 26 por ciento, seguida de las enfermedades cardiovasculares (13,7%).
Asimismo, en consecuencia, la prevalencia, que venía creciendo en los últimos años, se estabilizó en 2020, situándose, en 1.363 casos por millón de población(pmp), una tasa muy similar a la registrada en el año 2019 (1.367 pmp). Esto significa que, en total, y según los últimos datos de 2020, 64.666 personas con ERC avanzada reciben TRS.
Así pues, los nefrólogos han advertido del perjuicio sociosanitario que supone un inicio tardío del tratamiento sustitutivo y han solicitado a las administraciones recursos para recuperar el tiempo perdido. En el caso del trasplante renal, el impacto fue importante para la S.E.N., ya que el número de procedimientos realizados en 2020 se ha reducido en un 21 por ciento.
No obstante, se realizaron un total de 2.702 trasplantes renales en España, lo que sitúa al país como líder mundial en trasplante renal. "El trasplante renal a partir de donante fallecido en parada circulatoria (donante en asistolia) no deja de crecer y ya representa el 33% del total. Los trasplantes renales de donante vivo, por su parte, mantuvieron la misma proporción que en 2019 (9,6%)", ha comentado la doctora Beatriz Mahillo.
Por otro lado, la pandemia ha impactado negativamente sobre la mortalidad de los pacientes con ERC, puesto que aumentó ligeramente e todas las modalidades de tratamiento y se situó en el 8,3 por ciento (frente al 7,2% del año anterior), reduciéndose al 3,3% en el caso del trasplante renal.
Además, en total, fallecieron más de 5.800 personas en TRS. Las infecciones (29%) y las causas cardiovasculares (16%) fueron las causas principales de fallecimiento en todas las modalidades de TRS, con un crecimiento en el primer caso y un descenso en el segundo. Este aumento de la mortalidad se relaciona con la mayor vulnerabilidad de los pacientes con ERC a la COVID-19, la cual motivó que se les incluyera en los grupos de especial riesgo para su vacunación. De hecho, desde marzo de 2020 a octubre de 2021 más de 6.000 pacientes en TRS en España se habían contagiado por SARS-CoV-2, con una tasa global de mortalidad del 21 por ciento en la pandemia.