La correcta autoexploración es clave para detectar precozmente el cáncer de testículos, según experto

Archivo - Ilustración de los testículos.
Archivo - Ilustración de los testículos. - MAGICMINE/ISTOCK - Archivo
Publicado: lunes, 4 diciembre 2023 14:35

MADRID, 4 Dic. (EUROPA PRESS) -

Actualmente más del 80 por ciento de los cánceres de testículo se manifiestan con un aumento del tamaño del testículo totalmente indoloro por lo que se puede detectar con una correcta autoexploración, según apunta el responsable de la Unidad de Cáncer Genitourinario del Instituto Oncológico de Hospital Quirónsalud Barcelona (IOB), el doctor Javier García del Muro, "es recomendable realizar una autoexploración periódica para detectar cualquier posible zona irregular, más dura, o bien algún abultamiento, hinchazón o agrandamiento del testículo".

Si al realizar dicha autoexploración se detecta algún abultamiento o hinchazón, el experto recuerda que "no hay que infravalorarlo" y que "debe acudirse al urólogo lo antes posible para realizar un correcto diagnóstico". De hecho, cometer un diagnóstico de sospecha es muy sencillo, ya que en la mayoría de los casos solo requerirá realizar una ecografía testicular.

En relación con la autoexploración, es importante destacar que el abultamiento en el testículo o la detección de una zona irregular cursa en la mayoría de los casos sin dolor, por lo que no hay que esperar a que duela para acudir al especialista.

El cáncer de testículo es el tumor maligno que se desarrolla en el tejido testicular. En realidad, existen varios tipos de cáncer de testículo, ya que en el interior del testículo existen tipos de células diferentes, pudiendo originarse en cada tipo de ellas un cáncer de características distintas entre sí. Esto es significativo, ya que puede tener implicaciones desde el punto de vista del tratamiento y del pronóstico.

En torno al 90 o 95 por ciento de estos tumores provienen de las llamadas células germinales, que se pueden encontrar en un testículo o en ambos. Existen dos variantes: seminoma, que aparece entre los 30 y los 35 años, y no seminoma, que suele afectar en edades más tempranas, de 15 a 25 años.

En cuanto a los factores de riesgo que afectan a su desarrollo, son, en palabras del doctor Javier García del Muro, "los factores predisponentes conocidos son tres: criptorquidismo (testículo no descendido), historia familiar de cáncer testicular o presencia de tumor testicular contralateral".

Su tratamiento ha tenido avances importantes en los últimos años, lo que ha propiciado que el cáncer de testículo sea el tumor maligno sólido con mayores posibilidades de curación (90%). Los tratamientos dependerán del estadio y el tipo de células que forman el tumor, pero habitualmente requerirá cirugía y quimioterapia y/o radioterapia.

A diferencia de lo que sucede con otros tipos de cáncer, en los que antes se realiza una biopsia del tumor, el tratamiento del cáncer testicular*comienza con la extirpación del testículo lo antes posible (orquiectomía).

En esta intervención se extrae el testículo completo, junto con el tumor y el cordón espermático, ya que este contiene parte de los conductos deferentes y vasos sanguíneos, que pueden actuar como vía de propagación del tumor. En aquellos casos en los que la detección se da en una fase muy incipiente, será suficiente con esta intervención.

Sin embargo, alrededor de un tercio de los pacientes poseen metástasis en el momento del diagnóstico o las desarrollarán en los dos años posteriores. En estos casos, el tratamiento requerirá quimioterapia, que es altamente efectiva frente a esta enfermedad.

"Una vez terminado el tratamiento de quimioterapia, las posibilidades de que el cáncer ya esté curado son muy altas. Solo en el 10-15 por ciento de pacientes en los dos primeros años puede reaparecer", apunta el doctor Javier García del Muro.

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