MADRID, 16 Jun. (EUROPA PRESS) -
El vicepresidente de la Fundación Española del Corazón (FEC), José Luis Plana; el director del Instituto Cardiovascular del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, Julián Pérez-Villacastín; el secretario general de la Academia Médico-Quirrúrgica Española, Bartolomé Beltrán; y la directora de Comunicación de Bayer, Carlota Gómez, han alertado este jueves de la importancia de controlar la anticoagulación para prevenir la aparición de hemorragias y tromboembolismo.
Por ello, han presentado la campaña '¡Súmate al equipo 2-3!. La anticoagulación siempre bajo control', que tiene como objetivo concienciar a la población y a los pacientes anticoagulados de la necesidad de llevar un buen control en este tipo de tratamiento. Y es que, tal y como han avisado, el 45 por ciento de los 800.000 enfermos anticoagulados no están bien controlados y, además, el 16,5 por ciento no conocen qué es el INR o no saben por qué se lo miden y el 21,8 por ciento no sabe los riesgos que conlleva no estar en rango.
Para que un paciente esté bien controlado los índices del INR tienen que estar entre el 2 y el 3, de ahí el lema de la campaña. "Cuando se está por debajo del dos hay una mayor probabilidad de padecer trombos, los cuales pueden provocar discapacidad e ictus. Asimismo, si supera este rango, hay riesgo de hemorragias digestivas, cerebrales o por la orina", ha explicado Pérez-Villacastín.
En este sentido, el doctor Plana ha informado de que muchos pacientes que necesitan anticoagulación es por padecer fibrilación auricular, la cual se produce por una dilatación de las aurículas como consecuencia de una cardiopatía isquémica, hipertensión arterial, vulvopatía mitral o aórtica, o por envejecimiento, haciendo que el ritmo cardiaco sufra un descontrol con "bruscas" oscilaciones del pulso.
Los factores de riesgo suelen ser la hipertensión arterial, diabetes, abuso de alcohol y estimulantes, obesidad y estrés emocional o físico, entre otros. Además, según ha analizado el experto, el ritmo cardiaco irregular de la fibrilación auricular hace que la sangre pueda formar un coagulo en el corazón, con el consiguiente riesgo de que llegue al cerebro, bloqueé el flujo sanguíneo y provoque un ictus o fenómenos trombo-embólicos en miembros inferiores o en el riñón.
EL PACIENTE DEBE ESTAR INFORMADO Y FORMADO
Ante ello, el tratamiento anticoagulante hace que la sangre esté más fluida, evitando así la formación de coágulos o impidiendo su crecimiento, al tiempo que favorece su desaparición en caso de que se haya formado. No obstante, para que esta terapia sea efectiva, es necesario que los pacientes conozcan la enfermedad y se la controlen, acudiendo cada mes a realizarse la prueba INR para comprobar los parámetros y, en caso necesario, ajustar las dosis de tratamiento.
"Si un paciente está mal anticoagulado es necesario ver las causas, si bien estas son difíciles de comprobar ya que pueden estar en cualquier parte de la vida diaria de un paciente. Por ejemplo, hay pacientes que no saben que determinadas verduras desequilibran los parámetros, por lo que es fundamental que esté bien educado en su patología", ha apostillado el director del Instituto Cardiovascular del Hospital Clínico San Carlos.
Ahora bien, los expertos han reconocido que las mayores dificultades de control de la anticoagulación se producen con los medicamentos antiguos ya que con los nuevos el INR no se desequilibra de forma tan rápida. Sin embargo, el doctor Beltrán ha lamentado, al igual que el resto de expertos, los elevados precios que tienen los nuevos fármacos y que hacen que no todos los pacientes puedan recibirlos.
"No todos los pacientes pueden tomar todos los anticoagulantes, pero la mayor parte sí que podrían usar los nuevos. No obstante, estos fármacos tienen una carga económica muy importante, lo que frena el acceso a los mismos por parte de los enfermos", ha enfatizado Pérez-Villacastín.
Finalmente, la directora de comunicación de Bayer ha destacado la importancia de la campaña de concienciación que, según ha informado, tendrá presencia en Internet y en los centros de mayores, donde se entregarán materiales físicos por ser el segmento de la población donde tienen mayor peso las enfermedades que requieren tomar anticoagulantes.