MADRID, 28 May. (EDIZIONES) -
A la hora de someternos a una intervención quirúrgica es vital que los profesionales sanitarios se aseguren de que estamos listos para ello y de que no van a correr ningún riesgo. Suele tener lugar el mes anterior a la operación y es vital para que conozcan nuestra situación y estado de salud.
En una entrevista con Infosalus, el doctor Julián Álvarez, presidente la Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor (SEDAR) explica que el chequeo preoperatorio consiste en una revisión médica con un anestesiólogo, donde se valora el estado de salud con una historia clínica, exploración y pruebas complementarias, que nos permitan predecir los riesgos de un enfermo ante una cirugía concreta.
Aunque afirma que cada hospital tienen diseñados unos circuitos, una vez que se decide que el enfermo debe ser sometido a una intervención quirúrgica, este chequeo generalmente debe hacerse durante el mes previo a la cirugía. De esta forma se les da tiempo a los médicos para tratar cualquier problema de salud que se pueda tener antes de la operación, según explica el departamento de Salud de Estados Unidos.
Además, indica que el cirujano necesitará constatar que otras afecciones que padece el paciente no ocasionarán problemas durante la cirugía. Por ejemplo, indica que si se padece del corazón será imprescindible en muchos casos la supervisión del cardiólogo, especialmente si se es mayor de 55 años, tiene un historial de problemas cardíacos (o miembros de la familia con problemas del corazón), fuma en exceso, tiene hipertensión arterial o diabetes, o no está en forma y no puede subir escaleras; o un endocrino, por ejemplo, si tiene diabetes o si el examen de nivel de azúcar en la sangre en la consulta preoperatoria fue alto.
Por otro lado, el cirujano puede solicitar algunos exámenes paralelos antes de la cirugía. Así, es frecuente que se solicite la realización de un análisis de sangre antes de la operación, así como un conteo sanguíneo completo y análisis del riñón, el hígado y el azúcar en sangre, además de una radiografía del tórax, o bien de un electrocardiograma para verificar el estado del corazón.
Otro de los puntos del chequeo preoperatorio consiste en la firma del consentimiento informado, un documento en el que se afirma que el paciente ha sido informado de la técnica o técnicas a las que va a ser sometido, explicándole si hay otras opciones, y se le informa de los riesgos. "Habitualmente, se informa de los riesgos más frecuentes, aunque no sean graves y de los más graves aunque sean infrecuentes", asegura a Infosalus el presidente de SEDAR.
CUIDADOS PREOPERATORIOS EN EL CASO DE LAS PERSONAS MAYORES
En la cirugía programada de personas mayores, según explican desde Sanitas, los cuidados preoperatorios implican la realización de una serie de pruebas clínicas antes mencionadas (analítica, radiografías, electrocardiogramas, función respiratoria, entre otras), con el objetivo de que permitan identificar, y en su caso corregir, posibles factores de riesgo que puedan complicar el acto quirúrgico y el postoperatorio.
"No así en la cirugía de urgencias, en la que este riesgo es significativamente mayor cuanta más edad se tiene. En cualquier caso, lo más importante es la situación funcional previa a la cirugía del paciente añoso", añade.
Según subraya, también hay que tener en cuenta que el desarrollo actual de las técnicas de cirugía mínimamente invasiva (laparoscopia) y el uso de anestesia local o regional han reducido considerablemente los riesgos quirúrgicos y de recuperación posterior de las personas mayores.