MADRID, 7 Jul. (EUROPA PRESS) -
Científicos del Centro de Cáncer Kimmel de la Universidad Johns Hopkins, en Estados Unidos, y la Universidad de Melbourne, Australia, informan de que han utilizado una prueba genética para descubrir fragmentos de ADN relacionados con el cáncer circulando en la sangre que predice con precisión la probabilidad de que la enfermedad vuelva en algunos --pero no todos_ los miembros de un pequeño grupo de pacientes con cáncer de colon en estadio temprano.
Si esta prueba basada en el ADN, que se describe en la edición de este miércoles de 'Science Translational Medicine', se confirma con investigación adicional, con el tiempo podría ayudar a los médicos a decidir qué pacientes necesitan tratamiento adicional en el momento de su diagnóstico de cáncer en etapa 2, dicen los investigadores.
En general, en la etapa 2, los tumores han invadido los tejidos cercanos, pero no se han extendido a otros órganos, y la incertidumbre ha rodeado durante mucho tiempo la cuestión de si es beneficioso prescribir quimioterapia después del tratamiento quirúrgico.
"La mayoría de los pacientes con cáncer de colon en estadio 2 se curará de la enfermedad después de la cirugía --dice Bert Vogelstein, codirector del Centro Ludwig en el Centro de Cáncer Kimmel de Johns Hopkins--. Sin embargo, algunos de estos cánceres se repetirán y tenemos que mejorar nuestros métodos de diagnóstico para detectar la recurrencia antes del momento en el que se puede identificar con los métodos actuales convencionales". Laboratorios de todo el mundo están trabajando en pruebas basadas en ADN.
Para el estudio actual, los científicos siguieron a 230 pacientes con cáncer en etapa 2 de colon en 13 hospitales en Australia durante cuatro años, a partir de 2011, recogiendo más de 1.000 muestras de sangre. Después de escanear las secuencias genéticas de tejido tomado de los pacientes durante la cirugía tumoral, los investigadores, dirigidos por el estudiante graduado Yuxuan Wang del Centro de Cáncer Kimmel, identificaron al menos una mutación genética relacionada con el cáncer de colon en el tumor original del paciente.
Con el tiempo, los investigadores siguieron la mutación relacionada con el cáncer de cada paciente en sus muestras de sangre, tomadas entre cuatro y diez semanas después de la cirugía y luego cada tres meses hasta dos años. En el seguimiento se emplearon pruebas genéticas altamente sensibles para localizar y amplificar el ADN detectado allí y se sometió a los pacientes a una TC de todo el cuerpo cada seis meses después de la cirugía durante dos años.
ADN TUMORAL EN LA SANGRE, PREDICTOR DE RECIDIVA
De los 230 pacientes, 20 tenían fragmentos de ADN relacionados con el cáncer en la sangre, con 14 que no recibieron quimioterapia adicional y seis que sí. De los 14, 11 desarrollaron recurrencia, identificada en la tomografía computarizada, durante el estudio, y de los seis que recibieron quimioterapia adicional, tres experimentaron una recurrencia de su cáncer durante el periodo de estudio. Otros 14 pacientes adicionales experimentaron recurrencias de cáncer, pero sus análisis de sangre no mostraron ADN vinculado con el cáncer.
"Aunque éste y otros análisis de sangre a base de ADN no son perfectos, este estudio demuestra que cuando nos encontramos con el ADN tumoral circulante en la sangre de pacientes con cáncer, es muy probable que haya recurrencia", afirma Nickolas Papadopoulos, profesor de Oncología en la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins y miembro de su Centro de Cáncer Kimmel.
En la actualidad, alrededor del 40 por ciento de los pacientes con cánceres de colon en etapa 2 se consideran en riesgo de recurrencia como resultado de medir hasta qué punto el cáncer ha crecido hacia la pared del intestino, el número de ganglios linfáticos examinados durante la cirugía y si el cáncer se ha diseminado a la sangre o los vasos linfáticos.
Los que se consideran en mayor riesgo suelen ser tratados con quimioterapia después de la cirugía, pero los esfuerzos por demostrar el beneficio de este tipo de terapias adicionales se han visto obstaculizados por la falta de estudios a gran escala con poder estadístico para demostrar algún beneficio en términos de supervivencia, según los investigadores.
Vogelstein señala que métodos mejores para predecir el riesgo de recurrencia, como los análisis de sangre basados en la genética descritos en este estudio, podría identificar a un subgrupo de pacientes de muy alto riesgo que pueden formar la base de un estudio riguroso sobre los beneficios de un tratamiento adicional.
Los nuevos hallazgos confirman cómo la investigación en el diagnóstico del cáncer va de la mano con la investigación de nuevas terapias, apunta Vogelstein, profesor de Oncología en la Universidad Johns Hopkins e investigador en el Instituto Médico Howard Hughes.