MADRID, 31 May. (EUROPA PRESS) -
Un equipo del Instituto de Investigaciones Biomédicas Alberto Sols (IIB), centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), ha demostrado, en un modelo animal, la eficacia terapéutica de la molécula LPT99 para el tratamiento de la sordera producida por derivados del platino presentes en algunas quimioterapias.
El LPT99 es una formulación de liberación sostenida en forma de hidrogel para aplicación local patentada por la empresa SPIRAL Therapeutix para su uso en el tratamiento de la hipoacusia, especialmente la producida como efecto secundario de la quimioterapia con derivados del platino. Una situación que afecta al 80% de los pacientes en quimioterapia, especialmente a los niños.
La Agencia Americana del Medicameno (FDA, por sus siglas en inglés) ha dado su visto bueno a los ensayos clínicos con LPT99, que contiene un novedoso derivado de piperazinadionas, una familia de moléculas que han demostrado poseer un potente efecto inhibidor de la muerte celular programada (apoptosis) en ensayos in vitro previos.
"Nuestro trabajo ha confirmado, primero, que es una molécula segura, sin ototoxicidad in vivo, y, segundo, que los animales que recibieron una terapia de cisplatino con administración en el interior del oído de LPT99 presentaron mejor audición. Estos resultados apuntan al factor activador de la proteasa que activa la apoptosis (APAF-1) como una nueva diana terapéutica y al LPT99 como un fármaco con potencial para su traslación a la clínica", ha explicado la investigadora del IIB-CSIC-UAM, Isabel Varela Nieto.
La pérdida de audición es uno de los efectos secundarios más frecuentes de los tratamientos del cáncer con derivados del platino. Puede ser de moderada a grave en función de la edad del paciente, de la dosis recibida, y otros factores. Los efectos más negativos se producen en niños.
"A diferencia de otros posibles efectos de la quimioterapia con cisplatino, la pérdida de audición es irreversible porque las células sensoriales del oído interno no se regeneran. Creemos que importante encontrar formas de evitar el daño en la audición sin interferir con el tratamiento del cáncer", ha enfatizado la investigadora del CSIC.