MADRID, 20 Jul. (EUROPA PRESS) -
El Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo de Madrid ha puesto en marcha una unidad de acupuntura dentro de su Unidad del Dolor con el objetivo de utilizar esta técnica de la medicina tradicional china para paliar el dolor crónico causado por diferentes enfermedades.
Además de la acupuntura tradicional, en dicha unidad ofrecen tratamientos de craneopuntura (acupuntura craneal), auriculoterapia (acupuntura centrada en la oreja y en la cartografía auricular); moxibustión: método que utiliza las hojas pulverizadas, secadas y trituradas de la planta 'Artemisia vulgaris' a la que se le da forma de cigarro, denominado moxa), electroacupuntura (forma de acupuntura donde una pequeña corriente eléctrica se pasa entre pares de agujas de acupuntura) y tratamiento con ventosas.
Estos tratamientos son aplicados por Jonatan Pérez Toro, médico especialista en Anestesiología y Reanimación y Mágister Universitario en Acupuntura y Moxibustión por la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
El perfil de los pacientes candidatos a ser atendidos sería el de pacientes con un dolor de más de tres meses de evolución, con un diagnóstico preciso, que no tengan indicación quirúrgica o que no tengan recomendado tratamiento por alergias, úlcera gastroduodenal o iatrogenia derivada del uso de analgésicos-antiinflamatorios, que presenten ausencia de indicación de otras técnicas o que tengan antecedentes previos de tratamiento eficaz con acupuntura.
Asimismo, serían criterios de exclusión los pacientes sin diagnóstico o con un diagnóstico incompleto o confuso, pacientes con una indicación quirúrgica clara, pacientes sin tratamiento previo sin que exista justificación, mujeres embarazadas (se trata de un criterio relativo, según las técnicas aplicadas), pacientes con una enfermedad psiquiátrica grave activa, pacientes con una grave afectación del estado general, con un proceso infeccioso-febril o con una dermopatía grave o generalizada.
En esta unidad también reciben pacientes derivados por motivos distintos a la presencia de dolor, tales como tabaquismo, insomnio, ansiedad, esterilidad o vértigos, entre otros.
En el caso de los pacientes con cáncer no hay conclusiones definitivas pero hay estudios que apuntan a una mejoría del dolor, ansiedad, depresión y fatiga tras un programa de 8 semanas en pacientes con tumores avanzados.