NUEVA YORK 8 Abr. (Reuters/EP) -
Investigadores de la Universidad de Temple en Philadelphia, Estados Unidos, han comprobado en un estudio que la disminución del tamaño de los platos que usan los niños para comer puede ayudar a combatir el creciente sobrepeso que afecta a los menores desde edades cada vez más tempranas. Otra medida efectiva para combatir el exceso de grasa, según ha constatado otro estudio, puede ser comer menos pero con más frecuencia a lo largo del día.
"Se trata de medidas que los padres pueden poner en práctica e incorporarlas a su vida sin mucho esfuerzo", ha reconocido Jennifer Fisher, una de las autoras del estudio, que publica en su último número la revista 'Pediatrics'.
En el estudio, Fisher y su equipo siguieron a 42 niños de Primaria que, durante ocho días, se les ofreció la oportunidad de servirse su almuerzo. En los primeros cuatro días se les dio una vajilla de tamaño infantil y, en los cuatro días siguientes, pasaron a utilizar platos y cuencos de adulto, que eran el doble de grandes.
De este modo vieron que, mientras que en la primera parte del estudio consumían una media de entre 300 y 500 calorías de pasta o pollo diarias, los niños comían una media de 90 calorías más de comida. Además, los que terminaron con lo que había en sus platos tendían a comer más.
"No es que sólo por tener una vajilla grande en casa tu hijo vaya a comer más", explica esta experta, que reconoce que depende de quien sirva la comida y de la cantidad que eche al plato. "Pero cuanta más comida haya, más se comerá", añade.
Por otro lado, una revisión de estudios llevada a cabo por investigadores de la Universidad de Harokopio en Atenas, Grecia, ha analizado la frecuencia diaria del consumo de alimentos de 19.000 niños y adolescentes para ver si puede condicionar su peso.
De este modo, observaron que los jóvenes que comían más a menudo --por lo general, entre cuatro o cinco veces al día-- eran más propensos a tener sobrepeso u obesidad. Sin embargo, en el caso de los niños sucede lo contrario.
Los investigadores reconocen que sus hallazgos no prueban que un niño vaya a perder peso comiendo más a menudo. Sin embargo, las escuelas, por ejemplo, si podrían adoptar este criterio a la hora de gestionar el tiempo para comer de sus alumnos.
"En lugar de proporcionar tres comidas grandes al día, sería mejor (para los padres) que sus niños comieran comidas más pequeñas durante todo el día", explicó a Reuters Mary Yannakoulia, coautora del estudio.
Un tercer estudio publicado esta semana también en la revista 'Pediatrics' encontró que los adolescentes que pasaban más tiempo al frente del televisor tenían más sobrepeso que sus compañeros. Sin embargo, no sucedía lo mismo si jugaban a un videojuego en lugar de ver la televisión.