MADRID 23 Nov. (EUROPA PRESS) -
La cocaína es la droga psicoactiva más involucrada en las urgencias hospitalarias de España y dos de cada diez pacientes con dolor torácico ocultan su consumo, según señalaron expertos en el marco del XXX Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).
El secretario de la SEMI, el doctor Jordi Casademont, señaló que el internista es el especialista con la capacidad para realizar un abordaje integral del paciente, por lo que debe tomar una posición activa tanto en la prevención como en el tratamiento de las posibles complicaciones provocadas por el consumo de las drogas de abuso.
En este sentido, el miembro del Servicio de Medicina Interna del Consorcio Hospital General de Valencia, el doctor Benjamín Climent, destacó que "es muy importante conocer toda la toxicidad de las nuevas drogas que están emergiendo en un mercado que está en continuo cambio, y frente al que los internistas debemos estar preparados ante la aparición de nuevas sustancias y conocer qué problemas pueden provocar".
Por su parte, el miembro del Servicio de Urgencias del Hospital Universitario de Canarias, el doctor Guillermo Burillo Putze, advirtió de que hay determinados fármacos que no se deben usar si se ha consumido cocaína, dependiendo de la patología.
Este especialista señaló que "como consecuencia del consumo de cocaína se pueden producir patologías cardiovasculares, como arritmias ventriculares o hipertensión, neurológicas, como el infarto isquémico y hemorragias cerebrales, respiratorias, reacciones alérgicas, y patologías dermatológicas, otorrinolaringológicas, renales y hepáticas".
CONTROL DE LA DIABETES
Durante este encuentro los expertos que participaron abordaron también el control individualizado del paciente diabético. Según indicaron, el perfil del paciente diabético atendido por este especialista es el de un paciente de edad avanzada con comorbilidad aguda o crónica que ingresa en los servicios de medicina interna por su patología asociada o por una complicación de la diabetes.
El presidente de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), Pedro Conthe, señaló que la labor de los clínicos no es otra que intentar individualizar el control adecuado para cada paciente. "Es necesario ver cómo está cada persona y razonar con él cuál es el límite deseado en cuanto al control glucémico", indicó, añadiendo que "es esencial dedicar especial atención a otros factores de riesgo, que cada día cobran más importancia en la diabetes, como la tensión arterial y los lípidos, entre otros".
Asimismo, destacó la importancia de llevar a cabo un manejo coordinado de esta patología del médico internista, tanto con el médico de Atención Primaria, como con otros especialistas (cardiólogos, nefrólogos y endocrinólogos). "Es clave esta coordinación para atender precozmente al paciente diabético y evitar que evolucione hasta un estado avanzado de la enfermedad", indicó.