MADRID, 17 Abr. (EUROPA PRESS) -
La directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Chan, ha reivindicado la necesidad de que todos los países que garanticen la cobertura sanitaria universal a todos los ciudadanos y la considera la "máxima de expresión de justicia" dentro de los desafíos globales para los próximos años.
"A nadie se le debe negar el acceso a intervenciones que salvan vidas o promueven la salud por motivos injustos, incluidas causas económicas o sociales", según ha destacado con motivo del lanzamiento del informe 'Diez años en la salud pública 2007-2017', que narra la evolución de la salud pública mundial durante su mandato.
Este organismo de Naciones Unidas recuerda que en la última década la cobertura sanitaria universal se ha incluido como un elemento central del Programa 2030 para el Desarrollo Sostenible, y todos los países se han comprometido a defenderla. Por ello, advierte Chan, "hay que asegurarse de que nadie se queda atrás".
Además, el informe también recoge otros logros alcanzados en este periodo, en el que la salud y la esperanza de vida han mejorado casi en todas partes y se han salvado millones de vidas se han salvado.
La OMS recuerda que el número de personas que mueren de malaria y el VIH se ha reducido en la mitad, se han salvado 49 millones de vidas gracias a las medidas adoptadas para el control de la tuberculosis y las muertes infantiles han caído por primera vez por debajo de los 6 millones. De hecho, cada día mueren 19.000 niños menos que en 1990.
Entre los retos de futuro destacan el impacto del envejecimiento demográfico y el auge de las enfermedades crónicas no transmisibles, que ya han superado a las enfermedades infecciosas como las principales causas de mortalidad en el mundo. Asimismo, recuerdan que todavía ningún país ha logrado revertir su epidemia de obesidad en todos los grupos de edad.
Además, Chan ha destacado que la experiencia del ébola sirvió para elaborar un nuevo Programa de Emergencias Sanitarias que permite una respuesta más rápida y eficaz a los brotes y emergencias. Además, el Plan de I+D desarrollado tras esta crisis ha reducido el tiempo necesario para desarrollar y fabricar nuevas vacunas o medicamentos, de años a apenas unos meses.