MADRID 29 May. (EUROPA PRESS) -
Cirujanos cardiacos del Hospital Clínico San Carlos de la Comunidad de Madrid han sido los primeros de España en reparar la insuficiencia mitral mediante la implantación de cuerdas tendinosas artificiales, con cirugía mínimamente invasiva y sin parar el corazón del paciente, gracias a la técnica denominada 'TOP-MINI'.
Esta técnica se emplea para corregir la insuficiencia mitral degenerativa, que consiste en un cierre inadecuado de la válvula mitral por un fallo parcial o total de los velos de la válvula, lo que ocasiona un reflujo masivo de sangre del corazón a los pulmones, pudiendo desencadenar un fallo pulmonar y cardiaco.
Las neocuerdas son suturas de material irreabsorbible que son ancladas durante la intervención a la válvula mitral defectuosa, corrigiéndola y asegurando un cierre adecuado para evitar que la sangre retroceda hacia los pulmones.
La técnica permite restaurar un adecuado cierre de la válvula sin necesidad de parar y abrir el corazón, ni de conectarlo a una máquina de circulación extracorpórea evitando todos los riesgos e inconvenientes de los procedimientos clásicos de la cirugía sobre la válvula mitral.
Para llevar a cabo este procedimiento se aborda el corazón por una pequeña incisión entre las costillas del lado izquierdo del tórax. De esta manera, el acceso a la punta del corazón es directo y anatómicamente alineado con las estructuras de la válvula mitral.
Al realizarse mediante cirugía de mínima incisión se acelera la recuperación funcional de los pacientes ya que supone menor tiempo de hospitalización que la cirugía convencional a corazón abierto y una más rápida reincorporación a sus actividades cotidianas.
Las técnicas tradicionales de preservación valvular pasan por detener el corazón, abrirlo y reparar la válvula mitral pero los resultados no pueden ser evaluados hasta que el corazón se ha vuelto a poner en marcha, de manera que si la válvula sigue siendo incompetente y no cumple correctamente su función hay que volver a hacerlo todo de nuevo.
Asimismo, los resultados pueden ser controlados directamente mediante ecocardiografía bidimensional y tridimensional, de forma que cada gesto quirúrgico es evaluado por los cirujanos en tiempo real a través de las imágenes guiadas por ultrasonidos, así se puede decidir el número de cuerdas a implantar, su posición y tensión para garantizar un resultado óptimo y evitar recidivas.
Hasta el momento esta técnica se ha aplicado en 13 pacientes con resultados muy positivos, ya que en todos los casos la válvula mitral ha sido reparada con éxito, y los pacientes han podido recibir el alta hospitalaria entre el tercer y cuarto día después de la intervención.