La cirugía robótica y la abierta son igual de efectivas en cáncer de vejiga

Investigador
SYLVESTER COMPREHENSIVE CANCER CENTER
Actualizado: viernes, 22 junio 2018 18:08


MADRID, 22 Jun. (EUROPA PRESS) -

Un estudio realizado durante siete años en 15 instituciones médicas, entre ellas el Sylvester Comprehensive Cancer Center, de Miami (Estados Unidos), ha concluido que la cirugía robótica y la cirugía abierta tradicional son igualmente efectivas en el tratamiento del cáncer de vejiga.

El ensayo de cistectomía abierta aleatorizada versus cistectomía robótica (RAZOR) mostró una menor pérdida de sangre y transfusión de sangre y estancias hospitalarias más cortas para los pacientes que recibieron cirugía mínimamente invasiva, pero no hubo diferencias en las tasas de complicaciones y la supervivencia libre de progresión a los dos años fue casi la misma.

Este estudio, publicado en la revista 'The Lancet' y dirigido por Dipen J. Parekh, jefe de Urología y director de Cirugía Robótica de la Facultad de Medicina Miller de la Universidad de Miami, ha incluido a un total de 350 pacientes. La mitad recibió el abordaje quirúrgico abierto y la otra mitad cirugía robótica, y fueron monitorizados durante dos o tres años para poder comparar los resultados.

"Se han realizado más de 4 millones de cirugías con el enfoque robótico desde que se creó el dispositivo, y en promedio se hacen cerca de un millón de cirugías robóticas al año en todo el mundo, pero hasta que hicimos este estudio no hubo un solo ensayo aleatorizado multicéntrico de Fase 3 que comparara esta costosa tecnología nueva con el enfoque abierto tradicional", ha señalado Parekh.

La lección más importante del estudio, de acuerdo con este investigador, es que "se deben realizar más ensayos en otros órganos". "Es posible realizar ensayos quirúrgicos multicéntricos de Fase 3 bien diseñados que comparen la nueva tecnología y las innovaciones quirúrgicas con los tradicionales antes de proclamar la superioridad o el éxito de uno sobre el otro", ha argumentado el doctor.

A los pacientes que participaron en el estudio RAZOR también se les preguntó sobre su calidad de vida a los tres y seis meses después de la cirugía, y aunque ambos grupos informaron una vuelta significativo a su calidad de vida previa, no hubo ventaja de un grupo sobre el otro.

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