MADRID, 14 Feb. (EUROPA PRESS) -
La cirugía de preservación de rodilla de un adulto joven -pacientes por debajo de los 50 años- está destinada a reducir hasta hacer desaparecer los efectos de lesiones graves u otras cirugías previas de rodilla que no han evolucionado correctamente y dejan dolor, deformidad y/o inestabilidad, mejorando así la calidad de vida, tal y como ha explicado el jefe de la Unidad de Miembro Superior y experto en Cirugía de Hombro y Rodilla del Hospital General de Villalba, el doctor Gonzalo Samitier.
Esta técnica es "un tratamiento integral de todas las estructuras dañadas que conforman la rodilla cuando las opciones conservadoras y quirúrgicas previas han fracasado y el paciente continúa con una limitación importante para la práctica deportiva y las actividades de la vida diaria", ha añadido el doctor Samitier.
Después de haber realizado la cirugía, el doctor ha explicado que "el tiempo de recuperación para la vida normal está entre 3-6 meses, dependiendo del tipo de intervención y de paciente, pudiéndose prolongar en ocasiones hasta 1 año para la recuperación completa".
TÉCNICAS MÁS FRECUENTES
Para corregir estas patologías, se han de realizar cirugías "altamente especializadas" que incluyen, como informan desde el Hospital General de Villalba, reconstrucciones ligamentosas (primarias o reintervenciones); realineamiento de la rodilla mediante osteotomía (tibia o fémur); o trasplante, bien sea de menisco, osteocondral (hueso y cartílago) o ambos.
En esta línea, la osteotomía de realineación está relacionada con el menisco, pues este se encarga de "la de amortiguación en la rodilla y de la distribución de las cargas por igual a nivel de la articulación", como ha indicado el doctor Samitier. Añade que, esta cirugía "corrige el eje, lo normaliza y equilibra las cargas que pasan por la rodilla, mejorando los resultados de otras técnicas asociadas".
En cuanto al trasplante osteocontral, el doctor explica que "consiste en sustituir un área extensa enferma de hueso y cartílago de la rodilla, por hueso y cartílago sanos procedentes de un donante joven".
Respecto al trasplante meniscal, "el candidato idóneo es todo aquel paciente menor de 50 años al que se le ha extirpado un menisco y presenta síntomas de sobrecarga como consecuencia de la pérdida de amortiguación y empiezan a sufrir síntomas de artritis o una artrosis temprana, con la pérdida de calidad de vida que ello supone", ha recordado el Samitier.