La cirugía mínimamente invasiva sobre las glándulas salivales evita los efectos adversos de la extirpación radical

Archivo - Hombre mayor, limpiándose la boca con un pañuelo. Saliva
Archivo - Hombre mayor, limpiándose la boca con un pañuelo. Saliva - ALPHOTOGRAPHIC/ ISTOCK - Archivo
Publicado: martes, 23 enero 2024 14:39

MADRID, 23 Ene. (EUROPA PRESS) -

Una de las dolencias más frecuentes de las glándulas salivales es la patología obstructiva, que puede producirse por diferentes motivos aunque los más comunes son los cálculos y las estenosis, y su tratamiento habitual consiste en la extirpación quirúrgica de la glándula afectada, pero el especialista del Departamento de Otorrinolaringología de la Clínica Universidad de Navarra, el doctor Jorge De Abajo, apuesta por una cirugía mínimamente invasiva enfocada a la reparación de la causa de la obstrucción, que evita los efectos adversos de la extirpación.

Estas técnicas mínimamente invasivas restauran el funcionamiento normal de la glándula y evitan la extirpación quirúrgica radical y las posibles complicaciones derivadas, en la mayoría de los casos.

"Generalmente, el problema en estas patologías consiste en la obstrucción del conducto excretor de la glándula, que dificulta la expulsión de la saliva. Por eso, el objetivo del abordaje quirúrgico oportuno es restituir el drenaje sin extirpar un órgano que funciona correctamente. Mediante técnicas de endoscopia podemos explorar el conducto, identificar la causa y, en el mismo procedimiento, tratar la obstrucción", señala el doctor Jorge De Abajo.

La falta de información sobre esta patología entre la población hace que la implantación de las técnicas mínimamente invasivas no esté muy extendida, por lo que muchos pacientes desconocen las alternativas a la extirpación.

"La cirugía convencional asume un concepto erróneo porque para solucionar un problema extirpa un órgano sano y, consecuentemente, dejan una cicatriz en la piel de la zona intervenida y un déficit de volumen relacionado con la glándula extirpada. Además, puede conllevar secuelas en la simetría y movilidad facial", explica el especialista.

Las dos principales técnicas mínimamente invasivas, indica el doctor De Abajo, son la sialoendoscopia y los abordajes combinados por vía trans-oral, que permiten la exploración del conducto excretor y la resolución de la obstrucción mediante la extracción de cálculos, la dilatación de estenosis o el lavado de detritus y tapones mucosos.

También pueden aparecer tumores benignos de la glándula parótida, que requieren extirpación quirúrgica ante su tendencia al crecimiento y el riesgo de malignización. Sin embargo, es importante tener en cuenta su proximidad al nervio facial. La técnica tradicional consiste en realizar una parotidectomía superficial disecando todas las ramas del nervio facial, lo cual aumenta las posibilidades de dañar el nervio y producir una asimetría facial.

"La técnica de disección extracapsular es la que utilizamos en la Clínica Universidad de Navarra. Además de limitar la intervención a la zona peritumoral, preserva la mayor parte del volumen glandular y minimiza la disección del nervio facial", apunta el especialista.

Una de las consecuencias más frecuentas de estas patologías obstructivas que afectan a las glándulas salivales es el denominado síndrome del almuerzo, que se caracteriza por un aumento del volumen de la glándula y genera molestias locales de forma recurrente que afectan a la calidad de vida del paciente.

Este fenómeno se produce al incrementar la producción de saliva hasta el punto de que la glándula no es capaz de drenarla hacia la boca. La saliva acumulada puede acarrear complicaciones asociadas en forma de infección, produciéndose entonces una sialoadenitis aguda, que se manifiesta como enrojecimiento, calor y dolor de la zona, fiebre, formación de abscesos y mal sabor de boca.

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