MADRID, 16 Feb. (EUROPA PRESS) -
MD Anderson Cancer Center Madrid ha participado en un estudio multicéntrico a nivel nacional para analizar el impacto de la primera ola de la pandemia por COVID-19 en pacientes diagnosticados o sometidos a cirugía electiva de cáncer colorrectal (CCR). El objetivo del estudio es planificar futuros cambios en los departamentos quirúrgicos para estar preparados ante posibles nuevas olas de la pandemia. Realizado durante cuatro meses (de marzo a junio de 2020) en el periodo de confinamiento, han participado 9 hospitales de todo el país, siendo MD Anderson Madrid el centro que más pacientes aportó al mismo.
Las conclusiones del estudio, publicado en 'The Spanish Journal of Gastroenterology', muestran que "la cirugía colorrectal en pandemia es segura para pacientes sin infección activa de SARS-COV-2". Para ello es necesario que los centros sanitarios mantengan dos circuitos independientes entre los pacientes contagiados y los no contagiados. Sin embargo, si el paciente sí tiene COVID-19, solo se le debe operar en caso de padecer patología urgente que ponga en riesgo su vida", explica el doctor Óscar Alonso, jefe de Cirugía Hepatobiliopancreática de MD Anderson Madrid.
Los datos recopilados de cada paciente incluyeron cambios en los tratamientos, remisiones o retrasos en las cirugías, cambios en los enfoques quirúrgicos, resultados postoperatorios y estado perioperatorio del SARS-CoV-2. Un total de 301 pacientes diagnosticados con CCR participaron en el estudio. De ellos, 259 (86 por ciento) fueron sometidos a cirugía electiva durante el periodo del estudio, mientras que los 42 restantes no fueron operados por diferentes motivos.
Los centros participantes en este estudio siguieron las recomendaciones de la Asociación Española de Cirugía (AEC) y las del Colegio Americano de Cirujanos (ACS) para el tratamiento para pacientes con CCR durante la pandemia de SARS-CoV-2, ya que ambas sociedades propusieron tres estrategias principales con el objetivo de mantener la eficacia de los sistemas de salud y, al mismo tiempo, proporcionar la mejor atención a los pacientes.
En los hospitales en fase III (colapso sanitario), primero debía posponerse la atención quirúrgica selectiva que no fue crítica en los hospitales de fase III; segundo, a los pacientes seleccionados se les podía ofrecer terapias neoadyuvantes en lugar de cirugía como forma primaria de tratamiento; y, tercero, los pacientes pueden ser derivados a otros centros para evitar retrasos prolongados en el tratamiento posterior y optimizar la atención a las poblaciones regionales.
También se observó una reducción significativa en el número de cirugías regulares para todos los centros, excepto para hospitales que mantuvieron presión baja para pacientes con COVID-19 durante el brote, como es el caso de MD Anderson Madrid que, al ser un centro dedicado al cáncer, sirvió como uno de los hospitales de referencia para la cirugía oncológica en la región de Madrid durante el período más crítico de la pandemia.
El estudio muestra que el 62 por ciento de los pacientes experimentaron algún tipo de cambio en su tratamiento planificado inicial. El 30 por ciento fueron referidos a otros hospitales, 24 por ciento sufrieron un retraso en su cirugía menor a 30 días y más del 3 por ciento no se sometió a ninguna cirugía.
"Estos números podrían multiplicarse en futuras olas de esta pandemia, según indica el estudio, y aún no hay evidencia de las implicaciones que podría tener la demora en el tratamiento de estos pacientes, sobre su supervivencia a largo, aunque en cánceres avanzados puede implicar retrasos en el inicio de la quimioterapia y puede conducir a peores curvas de supervivencia y mayor mortalidad", indica el doctor Alonso.
Los otros centros que participaron en el estudio fueron el Hospital Gregorio Marañón de Madrid; el Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla; el Hospital Universitario de León; el Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid; el Hospital Ciudad de Coria; la Clínica Universitaria de Navarra; y el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, de Santander.
Además, MD Anderson Madrid ha realizado un estudio propio sobre la priorización, selección de pacientes y manejo multimodal perioperatorio del cáncer colorrectal en situación de colapso del sistema sanitario. "El retraso terapéutico derivado de la saturación del sistema sanitario conlleva un peor pronóstico oncológico y un aumento de complicaciones en el cáncer colorrectal. Proponemos el uso de un algoritmo de selección de pacientes de forma preoperatoria para priorizar el tratamiento quirúrgico de los pacientes con peor pronóstico oncológico y menor riesgo perioperatorio", señala el doctor Alonso.
El algoritmo da una puntuación al paciente en función de los factores que afectan al riesgo de complicaciones y otros elementos, como el tiempo en lista de espera, si tenían radioterapia previa o no, o si tenían síntomas de obstrucción intestinal, entre otros. Con base en esa puntuación, se da preferencia quirúrgica a casos que no debían ser retrasados por tener tumores más avanzados.
"Ante la saturación del sistema sanitario, el uso de algoritmos y escalas de selección de pacientes puede ayudar a seleccionar aquellos casos que requieran una preferencia por el tratamiento quirúrgico sobre los que pueden diferirse", asegura Alonso.
En este estudio propio se analizó a 71 pacientes intervenidos por cáncer colorrectal durante el periodo de máxima incidencia de la primera ola de COVID-19. El estudio confirma que las escalas de priorización de pacientes (PSS) permite seleccionar y operar primero a aquellos con tumores más avanzados, sin aumentar la estancia postoperatoria ni las complicaciones.