MADRID, 24 Sep. (EUROPA PRESS) -
El cáncer de tiroides es uno de los pocos tumores cuya incidencia ha aumentando a nivel mundial, por lo que su diagnóstico y temprana intervención es fundamental. Una de las opciones quirúrgicas es la tiroidectomía asistida por imagen, cuyas tasas de éxito son "similares" a la cirugía convencional, pero "reduce el tiempo de hospitalización, la dosis de medicación y la utilización de drenaje", ha explicado a Europa Press el doctor Mario Fernández Fernández del servicio de cirugía de cabeza y cuello de MD Anderson Cancer Center Madrid.
El tratamiento para este tumor es fundamentalmente quirúrgico, mediante "la extirpación completa del tiroides, o la extirpación acompañada del vaciamiento de los ganglios afectados", ha comentado. Dicha cirugía se suele completar con una terapia posterior de yodo radiactivo, ya que "el yodo hace que las células tiroideas y cancerígenas reciban radiación y se destruyan", añade.
En cambio, con la tiroidectomía asistida mínimamente invasiva, "la cirugía se realiza a través de una escisión de un centímetro y medio por encima de la escotadura del esternón, y la única cicatriz que queda es esa. Es una cirugía en la que usamos endoscopios y material específico, y que al no levantar colgajos de piel, el confort y las molestias del paciente mejoran", ha añadido el experto.
De esta manera, gracias a los materiales endoscópicos se puede acceder al tumor con un campo de visión "mucho mejor" que con la cirugía convencional y, al ser un procedimiento quirúrgico mínimamente invaso, permite minimizar el riesgo de daño sobre el nervio recurrente.
"Mediante la aplicación de la tecnología por imagen podemos ver el nervio recurrente ampliado en pantalla y, de este modo, el cirujano no tiene problemas para diferenciar y separar este nervio de otras estructuras como los vasos que tiene alrededor, evitando así que pueda dañarse", ha detallado el experto en cáncer de tiroides.
CALIDAD DE VIDA DEL PACIENTE TRAS LA OPERACIÓN
Esta técnica "selectiva y precisa" presenta importantes ventajas para el paciente una vez finalizada la operación porque los resultados son similares a los de la cirugía normal, pero la satisfacción del paciente es mayor. En primer lugar, porque el daño generado sobre los tejidos es mucho menor y, en segundo lugar, "porque al día siguiente de la cirugía endoscópica mínimamente invasiva, los pacientes están deambulando por la planta sin ningún problema o molestia", ha recordado el doctor Fernández Fernández a Europa Press.
Por otra parte, en la cirugía convencional se debe practicar una incisión alrededor de la zona en la que se encuentra el tumor, levantar la masa de tejido para operar y, después, realizar la sutura. "Esto implica que la cicatriz, no solo se circunscribe a los puntos de sutura, sino al área de la piel que se ha elevado alrededor para tener buena visión", ha indicado.
En cambio, la incisión con la técnica por imagen, que no supera los dos centímetros, permite abrir una cavidad en la zona cervical cuya cicatriz se limita únicamente a los puntos de sutura. Todo esto, "supone una mejora enorme para la calidad de vida que recuperan su vida normal mucho antes tras un cáncer de tiroides, que representa el uno por ciento de neoplasias", ha concluido el doctor.