LONDRES 17 Mar. (EUROPA PRESS/Eva Martínez Millán) -
Al menos 400 personas habrían fallecido injustificadamente en un hospital público británico desde 2005 como consecuencia del "atroz" servicio prestado, con personal sin capacitación y escaso, el mal uso de máquinas primordiales como los monitores cardíacos e, incluso, la desatención en la alimentación y la dispensación de medicación de los enfermos, según un informe del regulador sanitario de Reino Unido.
El ministro de Sanidad, Alan Johnson, ya ha pedido perdón públicamente por los resultados del estudio, realizado a partir de más de 300 entrevistas y la supervisión de 1.000 documentos, que añade un nuevo cuestionamiento sobre los servicios sociales de las islas, profundamente criticados tras polémicas como la del denominado 'Baby P', el niño de 18 meses que falleció por el maltrato reiterado de su familia pese a haber sido visitado más de 60 veces por trabajadores asistenciales.
El último escándalo se registró en la fundación sanitaria de Stafforshire, en el centro de Inglaterra, donde la Comisión de Salud --el supervisor de calidad del Sistema Nacional de Salud (NHS, en sus siglas en inglés)-- cifró en unas 400 las muertes que se podrían haber prevenido de contar con niveles de atención estándar, tanto en medios como en recursos humanos, aunque podrían llegar hasta las 1.200.
El regulador descubrió prácticas por las que recepcionistas del centro llevaban a cabo exámenes médicos, carencias en la adecuada formación del personal, escaso en número, además, que médicos en prácticas se hacían cargo de las instalaciones en los turnos de noche y que los pacientes no recibían medicamentos o comida en los reiterados lapsos transcurridos entre la cancelación de operaciones.
ESCÁNDALO
Asimismo, el informe recoge casos de ingresados que fueron mantenidos en camas sucias tras haber evacuado o un número importante de aquellos a los que no se les suministraba el necesario tratamiento, lo cual, sumado a las demás conclusiones del informe, dan como consecuencia una "ruptura absoluta y terrible de la confianza de los pacientes en el servicio que el Sistema Nacional de Salud debe prestar", en palabras del responsable del NHS, Bruce Keogh, quien reconoció un "completo fallo de dirección" del centro.
No obstante, ya a principios de este mes el director gerente de la fundación, Martin Yeates, y su presidente, Toni Brisby, habían dimitido, después de que la Comisión de Sanidad decidiese revisar a fondo las condiciones, tras detectar un porcentaje inusualmente elevado de muertes, según confirmó su responsable, Ian Kennedy.
El ministro de Sanidad ya ha pedido "en nombre del Gobierno y del Sistema Nacional de Salud disculpas a los pacientes y las familias que han sufrido debido a los bajos niveles de cuidado" del hospital, donde reconoció un "absoluto fallo de dirección" por el que ha ordenado una revisión de los actuales servicios y una investigación que esclarezca por qué problemas de tal gravedad tardaron tanto en ser descubiertos.