MADRID, 13 May. (EUROPA PRESS) -
La Coordinadora Estatal de VIH y Sida (CESIDA) ha puesto en marcha talleres con reclusos de los centros penitenciarios españoles para diseñar concienciar sobre la prevención y la reducción del estigma asociado porque, según el presidente de CESIDA, Juan Ramón Barrios, el "VIH en el ámbito penitenciario debe ser una de las políticas públicas que se deberían mejorar".
"Ha sido muy enriquecedor y positivo comprobar durante el desarrollo de 'Think Tank en centros penitenciarios' como las personas participantes han asumido la importancia de su papel para hacer frente al VIH", ha indicado el presidente.
Según datos de la Subdirección General de Coordinación de Sanidad Penitenciaria del Ministerio del Interior, el 87,5 por ciento de las personas internas con VIH presentan también marcadores positivos para el virus de la hepatitis C (VHC) y el 30,1 por ciento de los internos con marcadores positivos para el VHC estaban infectados por VIH.
Desde CESIDA insisten que "con estas cifras sobre la mesa es necesario actuar de inmediato y marcarse una estrategia a medio y largo plazo para frenar las infecciones y coinfecciones; llevamos a cabo iniciativas como esta adaptadas a diferentes segmentos de la población para que se implemente un pacto frente al VIH, el sida, el estigma y la discriminación".
DESIGUALDAD TERRITORIAL
Además, CESIDA ha denunciado la desigualdad en la atención sanitaria de las personas reclusas en España, sobre todo en lo que respecta al tratamiento de la hepatitis C, una enfermedad que sufre más del 20 por ciento de presos.
En Galicia solo son tratados los reclusos que tienen sentencia judicial que obligue a ello. En Castilla y León los reclusos que precisan tratamiento son trasladados a Madrid.
La política de traslados dificulta el tratamiento porque "con cada traslado hay que iniciar el proceso de nuevo, lo que conlleva un retraso del tratamiento y un mayor coste, pues se tienen que realizar todas las pruebas diagnósticas de nuevo", denuncia el presidente de CESIDA.