MADRID 24 Oct. (EUROPA PRESS) -
El Centro Europeo de Neurociencias (CEN), especializado en neurorrehabilitación intensiva, recuerda con motivo del Día Mundial del Ictus y el Día Nacional del Daño Cerebral Adquirido (DCA) que la "verdadera batalla" de los pacientes comienza cuando vuelven a casa y deben aprender a vivir de nuevo.
"Las lesiones cerebrales no son el final, pero sí un punto de inflexión. La rehabilitación intensiva permite que muchas personas recuperen su autonomía y su identidad, pero requiere tiempo, trabajo y acompañamiento emocional", ha explicado el director Clínico y Cofundador de CEN, José López.
"Detrás de cada recuperación hay una historia de valentía y constancia. Por eso, en CEN trabajamos desde un enfoque humano y personalizado, que combina lo físico, lo cognitivo y lo emocional", ha recalcado López.
En este contexto, el CEN ha recordado la historia de Samuel, que un día, de camino al trabajo, sufrió un accidente de tráfico frontal contra un camión. El impacto le supuso una fractura de ambos fémures, un fuerte traumatismo craneal y un largo ingreso en el Hospital Doce de Octubre. Pasó semanas en coma, fue operado en varias ocasiones y los médicos no sabían si saldría adelante.
"Durante meses no respondía a estímulos, no hablaba, no comía solo. Era muy duro ver cómo alguien tan vital quedaba atrapado dentro de sí mismo", señala Adriana, su esposa.
Según el CEN, Samuel pasó más de un año hospitalizado y llegó al Centro en febrero de 2025, aún en silla de ruedas y con grandes dificultades cognitivas y de memoria. "No controlaba esfínteres y apenas podía mantener la atención o recordar lo ocurrido el día anterior", apuntan.
Desde entonces, realiza un programa intensivo de fisioterapia, neuropsicología y terapia ocupacional. "Cuando llegó a CEN, no podía mantenerse en pie. Hoy camina de manera independiente, va solo al baño y puede mantener una conversación coherente. Todavía tiene olvidos, pero cada semana hay pequeños avances", cuenta Adriana.
Actualmente, Samuel y Adriana esperan su segundo hijo. "Para ellos, cada paso es una victoria y una motivación más para seguir adelante", agregan desde el CEN.
El ictus y el daño cerebral adquirido no solo afectan al cuerpo, sino también a la identidad, las emociones y las relaciones personales. "Tenemos pacientes que llegan sin poder moverse ni hablar y, con el tiempo, recuperan la autonomía y la confianza", añade López.
"La ciencia está avanzando mucho, pero lo que más cura es la constancia, la empatía y el trabajo en equipo entre profesionales, pacientes y familias", añade López.
En este Día Mundial del Ictus y Día Nacional del Daño Cerebral Adquirido, CEN quiere recordar que la prevención es clave, pero también lo es la rehabilitación.