Las células utilizadas para regenerar el cartílago no envejecen precozmente

Células
CLÍNICA CEMTRO
Publicado: miércoles, 17 enero 2018 11:35


MADRID, 17 Ene. (EUROPA PRESS) -

Un estudio realizado por la Clínica Cemtro de Madrid ha demostrado que las células cultivadas 'in vitro' para su posterior implantación en lesiones de cartílago no sufren una alteración de sus características biológicas durante ese proceso, tras constatar que no envejecen en términos de edad telomérica.

La investigación, publicada en la revista 'Cartilage', analizó muestras de pacientes cultivadas por la Unidad de Terapia Celular de Amplicel, ya que los autores reconocen que uno de los miedos que plantean estos tratamientos es cómo puede afectar al tejido de origen la manipulación necesaria para obtener células que se convertirán en un medicamento.

"Al ser células creadas en el laboratorio, tenemos que estar muy seguros de que durante su proliferación y manejo no se alteren sus características teloméricas y no se conviertan en perjudiciales, por ejemplo cancerígenas", ha defendido el jefe de Traumatología de Clínica Cemtro, Pedro Guillén, uno de los autores del estudio.

Los telómeros son estructuras especializadas situadas en los extremos de los cromosomas, que los protegen de posibles fusiones y de su degradación, con lo que se garantiza la estabilidad de los cromosomas y la viabilidad de las células.

De forma progresiva sufren un acortamiento asociado al proceso de división celular, ya que el ADN que forma los telómeros no es replicado de manera completa. Además, existe un acortamiento de los telómeros secundario a la división celular que está relacionado con la senescencia celular (envejecimiento de las células), de modo que los telómeros menores de 4 kbp pueden considerarse como telómeros críticamente cortos.

Esta circunstancia es lo que ha llevado a los investigadores de Amplicel a analizar y contrastar la longitud telomérica en muestras de células aisladas de cartílago en pacientes a los que se les iba a realizar un implante de condrocitos autólogos para el tratamiento de lesiones de cartílago articular.

"El implante de condrocitos autólogos ha demostrado un buen control sintomático y la recuperación funcional de la articulación en más del 80 por ciento de los casos", según Guillén, que celebra que con este estudio se ha demostrado también que las células no envejecen al ser multiplicadas en el laboratorio y que continúan produciendo cartílago hialino, es decir, son de muy buena calidad.

Los condrocitos de los pacientes incluidos en el estudio se cultivaron durante un tiempo medio de 45,67 días en los que se realizaron 3 pases, siendo 10,04 el número medio de divisiones celulares que se produjeron durante el periodo de cultivo.

EL LÍMITE PARA LA TRANSFORMACIÓN MALIGNA

Las células cultivadas tienen una capacidad limitada para dividirse y cuando se alcanza este límite, llamado límite de Hayflick, las células se vuelven senescentes. Ese fenómeno, en el cual el límite ha sido sobrepasado, es en muchos casos el paso clave para la transformación maligna de las células que es una disfunción de los telómeros que permite que las células se dividan indefinidamente e incontrolablemente.

En el caso de los condrocitos, está documentado que estos eventos que conducen a las células a la senectud ocurren incluso antes y pueden alcanzarse justo después de 30 o 35 duplicaciones poblacionales. Los resultados encontrados en los condrocitos de este estudio indican que no han sobrepasado el límite de Hayflick y por lo tanto no son senescentes, ya que tuvieron una media de 10,04 divisiones celulares.

Unos resultados, según los autores, lo suficientemente consistentes como para extrapolarlos, con alto grado de certeza, a los condrocitos cultivados y luego implantados.

Además, los resultados de este análisis indican que la longitud de los telómeros para las células implantadas es lo suficientemente larga como para pensar que no han envejecido desde este punto de vista. Por lo tanto, los condrocitos cultivados para la implantación no son senescentes y se demuestra por primera vez que el uso de condrocitos cultivados en laboratorio para tratamientos humanos no acarrea riesgos de malignización o envejecimiento precoz, desde el punto de vista de la edad cromosómica.