MADRID, 28 Jul. (EUROPA PRESS) -
Las células madre mesenquimales extraídas del tejido adiposo han mostrado seguridad y eficacia en su uso regenerativo para el tratamiento del infarto de miocardio, según una revisión de estudios publicada en la Revista Española de Cardiología (REC).
La vicepresidenta de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), del Centro de Investigación Cardiovascular CSIC-ICCC del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona y primera firmante del artículo de revisión, la doctora Lina Badimón ha afirmado que "al tratarse de células metabólicas muy activas, cumplen un papel clave en la revascularización de los tejidos cardiacos dañados, evitan la muerte celular y secretan factores angiogénicos, es decir, aquellos que promueven la formación de nuevos vasos sanguíneos a partir de otros preexistentes".
Tras realizar los ensayos clínicos fase I y fase II, aún iniciales, el uso de las células madre mesenquimales preserva la función cardíaca, mejora la perfusión y reduce el tamaño de las cicatrices del tejido dañado. Además, ya se han iniciado los ensayos clínicos en pacientes que han sufrido un infarto de miocardio o que presentan cardiopatía isquémica crónica o cardiomiopatía de origen no isquémico.
Los primeros estudios se realizaron en ratas con daños cardíacos inducidos a las que se inyectaron células madre en la cavidad del ventrículo izquierdo. De esta forma, mejoró significativamente la función cardíaca global y se desarrolló una mayor densidad capilar en la zona cercana a la lesión en comparación con los animales que no recibieron esta terapia celular.
LA PRESENCIA DE OTRAS ENFERMEDADES PUEDE INFLUIR
A pesar de los prometedores resultados, todavía falta investigar algunos aspectos de este tratamiento, como por ejemplo, si influye la zona anatómica de la que se extraen las células madre o si la presencia de otras enfermedades, la edad o el sexo del paciente y del donante deben ser determinados.
Badimón ha señalado que "se ha comprobado que la presencia de factores de riesgo cardiovascular, como la hipertensión, la diabetes, la obesidad o la enfermedad coronaria reduce la funcionalidad de las células madre mesenquimales derivadas del tejido adiposo, por lo que cabe plantearse si se deben utilizar las células autólogas, del propio paciente, o será más adecuado células alogénicas, de donante".
La doctora Badimón también ha destacado que existe una corriente de investigadores que creen que, tras acabar las investigaciones, en unos años se utilizarán las células madre derivadas del tejido adiposo para reparar el daño cardiaco.