BARCELONA 30 Nov. (EUROPA PRESS) -
Más de 4.000 enfermos de cáncer de pulmón se han beneficiado desde 2005 del test genético desarrollado por el jefe de servicio del Instituto Catalán de Oncología (ICO) del Hospital Germans Trias i Pujol de Barcelona y del Servicio de Oncología Médica de Dexeus, Rafael Rosell, que permite mejorar la supervivencia de estos pacientes.
Este análisis genético permite un tratamiento basado en la medicina predictiva y personalizada, y busca específicamente las mutaciones de un gen --el EGFR--, puesto que sólo los enfermos con estas mutaciones responden a una nueva familia de fármacos que les permite casi triplicar la supervivencia, explicó hoy Rosell en la presentación del nuevo Servicio de Oncología Médica de USP Instituto Universitario Dexeus.
El 40 por ciento de los cánceres de pulmón que se dan en personas no fumadoras y en el 30 por ciento de las mujeres registran mutaciones en el citado gen, lo que beneficia el tratamiento de estos pacientes, según concluye una investigación liderada por Rosell, basada en 2.105 pacientes de 129 hospitales españoles, publicada en la revista 'The New Engaland Journal'.
Ahora Rosell ha sido fichado por el Instituto Dexeus para construir un laboratorio de servicio para poder diagnosticar y tratar a las personas que tienen esta alteración, con vocación de servicio público. El centro hospitalario es pionero en la puesta en funcionamiento de la primera Unidad de Oncología Médica integrando un laboratorio de biología molecular, que ha sido acreditado por la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC).
Sobre la posible generalización de este test en la sanidad pública, el presidente de USP Instituto Universitario Dexeus, Gabriel Masfurroll, dijo que han mantenido contactos con la Conselleria de Salud de la Generalitat, otras comunidades autónomas interesadas y el Ministerio de Sanidad. "Hay un interés en este aspecto", se limitó a decir el presidente.
PREDICTIBILIDAD DE OTROS TUMORES
El modelo presentado permitirá ofrecer a los pacientes el concepto de medicina individualizada, basada en el estudio genético de cada tumor, y es que Rosell --que junto a Miguel Tarón--, dirigirá el laboratorio, señaló que este modelo de predictibilidad de un tratamiento puede ser trasladado a otros tumores como el de mama y vejiga, puesto que hay "alteraciones que se repiten".
Con una superficie de 500 metros cuadrados, el laboratorio está integrado por personal técnico, biólogos y patólogos que buscarán lograr tratamientos personalizados en función de las características genéticas de la enfermedad.
Cada tumor presenta una marca genética propia y el laboratorio ofrece la posibilidad de un diagnóstico molecular específico, como la determinación de cambios en la secuencia de AND o la expresión de genes críticos en cáncer a través de técnicas de alta sensibilidad.