BARCELONA 13 Mar. (EUROPA PRESS) -
Un estudio liderado por el Instituto de Investigación Hospital del Mar (IMIM) y por la Agencia de Salud Pública de Barcelona ha concluido que los niveles sanguíneos de compuestos tóxicos persistentes han disminuido de forma significativa en los habitantes de Barcelona entre 2002 y 2006, según un comunicado.
Según los investigadores, esta disminución podría estar motivada, entre otros factores, por la entrada en vigor de diversas normativas en los últimos años que han implicado la prohibición de determinados productos que se utilizan en la industria y también han evitado emisiones de contaminantes, como los que se generan en los procesos de incineración de residuos.
Los datos del estudio muestran que la presencia en la sangre de los barceloneses de los policlorobifenilos --de origen industrial-- disminuyó entre un 34% y un 56% respecto al año 2002; los niveles de DDT --plaguicida prohibido hace más de 30 años-- descendieron un 39%, mientras que los de su principal metabolito, el DDE, lo hicieron un 53%, según explica el primer firmante del artículo y coordinador del grupo de investigación en epidemiología clínica y molecular del cáncer del IMIM y catedrático de la UAB, Miquel Porta.
Por otra parte, el hexaclorobenceno --un fungicida-- y el beta-hexaclorociclohexano --un compuesto relacionado con un insecticida-- disminuyeron un 53% y un 50%, respectivamente.
NADIE ESTÁ LIBRE DE CONTAMINANTES PERSISTENTES
A pesar de este descenso, los resultados muestran también que 8 de los 19 contaminantes que se analizaron están presentes en más de un 80% de los sujetos del estudio y que ninguna persona estaba libre de los contaminantes persistentes.
El número mínimo de compuestos detectado en una persona fue de 5 y el máximo de 15, y el 72% de la población de Barcelona tiene como mínimo 10, unos datos "en buena medida extrapolables a otras poblaciones españolas", puntualiza Porta.
Estos compuestos son un conjunto de productos químicos fabricados por el hombre y tienen un tiempo de persistencia en el ambiente y en los seres vivos muy largo.
En España la mayoría de los compuestos analizados en este estudio fueron retirados la década de los 70, pero su resistencia a la degradación hace que todavía estén presentes hoy en día.
En los humanos, los CTP llegan a través de la cadena alimentaria y se acumulan en el tejido adiposo y en órganos como el hígado, el cerebro o el páncreas.
Diferentes estudios indican que estos compuestos pueden contribuir a causar enfermedades como alteraciones del sistema endocrino, diabetes, varios tipos de cáncer, trastornos neurológicos, ginecológicos e inmunológicos.
Para la elaboración de esta encuesta se entrevistó a 231 participantes cara a cara, se les realizó una extracción de sangre y se les hizo un examen físico, y es la primera vez en España que se evalúan las tendencias en los niveles de compuesto con una muestra representativa y utilizando el mismo método, hecho también extremadamente raro a nivel mundial.