MADRID 14 Feb. (EUROPA PRESS) -
Las artrosis están sobrediagnosticadas e infratratadas, ya que se estima que sólo el 40 y el 50 por ciento de los pacientes cumple correctamente el tratamiento, a pesar de que es una de las enfermedades más prevalentes, afecta en torno a 5 millones de españoles, y que más recursos sanitarios consume.
Así lo ha asegurado el jefe de Servicio de Reumatología del Hospital del Mar de Barcelona, Pere Benito, en el marco del II Simposio de Artrosis de la Sociedad Española de Reumatología (SER).
"La artrosis, como la mayoría de enfermedades crónicas, no tiene un tratamiento definitivo, aunque sí lo hay para disminuir los síntomas y mantener o mejorar la capacidad funcional. Para ello es necesario que los médicos otorguen a esta enfermedad la importancia que tiene y, por otro lado, que los afectados colaboren en su tratamiento, lo que lamentablemente no suele ser habitual", ha explicado.
Por su parte, el especialista de la Unidad de Artrosis del Servicio de Reumatología del Hospital del Mar, Jordi Monfort, ha informado de que diferentes estudios señalan que para determinados fármacos hasta un 25 por ciento de los pacientes abandona de forma rápida la medicación y el resto de afectados la toman de forma intermitente e inadecuada.
Dicho esto, el experto ha comentado que la presencia de síntomas relacionados con la artrosis es rara antes de los 45 años, aunque, según ha reconocido, es "difícil" establecer una edad de inicio debido a que los cambios radiológicos son previos a la aparición de los síntomas.
"Los clínicos están de acuerdo en que el diagnóstico de la enfermedad se realiza de forma tardía, un hecho importante porque probablemente se trate de un momento de la enfermedad demasiado avanzado para esperar grandes cambios tras el uso de fármacos modificadores de la enfermedad", ha apostillado.
Del mismo modo, la portavoz de la Sociedad Española de Reumatología (SER), Marta Larrosa, ha advertido de que el incremento de la expectativa de vida hará que en el año 2020 la artrosis sea la cuarta causa de discapacidad en el mundo.
De hecho, según el estudio EPISER, la artrosis sintomática de rodilla tiene una prevalencia puntual del 10,2 por ciento y la artrosis de mano del 6,2 por ciento. Alrededor de la mitad de la población adulta de más de 50 años muestra signos radiológicos de artrosis de rodilla aunque es más frecuente en mujeres sobre todo a partir de 55 años.
"Al fijarse en los grupos de edad avanzada es cuando se observa que las cifras se vuelven realmente espectaculares. Así, en la franja de edad entre los 70 y los 79 años la prevalencia de la artrosis de rodilla es del 33,7 por ciento", ha detallado Monfort, para insistir en que el progresivo envejecimiento de la población "hace predecir que en los siguientes años esta franja de edad va a aumentar y con ella se producirá un remarcable incremento de la prevalencia de la artrosis".
LA PREVENCIÓN SECUNDARIA ES CLAVE
El dolor, la rigidez, la deformidad y la pérdida de función son las consecuencias clínicas de la artrosis sintomática. Por tanto, según ha señalado Larrosa, no tratar esta enfermedad significa en la actualidad que un número elevado de pacientes presentará un "progresivo empeoramiento" de su sintomatología que se encuentra especialmente relacionada con el dolor y con la función de una determinada articulación.
Ahora bien, se puede influir en la prevención secundaria haciendo que la enfermedad evolucione de una forma más lenta una vez se ha iniciado. "No obstante, siguen siendo importantes los factores de riesgo modificables como el control del peso, la práctica de ejercicio regular adaptado a cada afectado y a cada una de las articulaciones, y la información al paciente que permite que éste se corresponsabilice de su enfermedad", ha enfatizado la experta, quien ha resaltado también el papel de la enfermería en este ámbito.
"A nivel de la especialidad, faltan unidades específicas y multidisciplinares, ya que existen unidades de artritis, de osteoporosis o de fibromialgia, pero no hay de artrosis. Además, habría que mejorar la comunicación entre los niveles asistenciales (Atención Primaria y especializada)", ha comentado Pere Benito.
A su entender, se ha avanzado en el conocimiento de la fisiopatogenia de la enfermedad, muy especialmente en los procesos de degradación matricial. Las artrosis son el estadío final de una "insuficiencia de la articulación" a la que se llega por distintas vías.
"Una vez se inicia, se producen cambios principalmente en el cartílago, pero también en el hueso subcondral y en la membrana sinovial, cambios que cada vez conocemos con más detalle, a nivel celular y molecular, y que pueden ayudar a identificar nuevas dianas terapéuticas, y no continuar únicamente con el tratamiento sintomático del dolor", ha destacado.