MADRID, 20 Nov. (EUROPA PRESS) -
Un 40 por ciento de los pacientes con artritis reumatoide no responden a los tratamientos y, si lo hacen, la posibilidad de remisión sostenida es baja, aproximadamente del 15 por ciento a 5 años, según ha señalado la reumatóloga del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla, Blanca Hernández Cruz.
La experta ha añadido, en el marco del IV Curso de Terapias Biológicas, organizado por la Sociedad Española de Reumatología (SER) con la colaboración de Sandoz, que "en las enfermedades reumáticas inflamatorias aún estamos lejos de tener un marcador que 'a priori' permita elegir una terapia, pero hay muchos avances al respecto ya que se está investigando en diferentes variables y muy diversas".
De hecho, se están estudiando distintas variables, como son los diferentes aspectos clínicos; métodos de imagen como presencia de erosiones radiográficas, presencia de señal power Doppler ecográfica o edema óseo en la resonancia magnética; marcadores séricos como niveles de proteína C reactiva, FR, presencia de ACPAS, IL17 o proteína BMP8/14; hallazgos histopatológicos en biopsias de sinovial como agregados linfocitarios hasta diferentes mutaciones genéticas de TNF, IL6 o Fcgamma.
"Hacen falta estudios bien diseñados que incluyan todas las opciones terapéuticas para tener evidencia sobre los biomarcadores de respuesta a los tratamientos, pero la investigación avanza a pasos rápidos", ha señalado la doctora. En este sentido, la presencia de anticuerpos ACPA y/o FR positivos es un marcador de mejor respuesta a rituximab frente a placebo y a abatacept frente a placebo, pero no se sabe si los pacientes con estas características responden mejor a alguno de los otros fármacos.
COMORBILIDADES EN PACIENTES REUMÁTICOS
"La decisión del tratamiento biológico debe realizarse de forma individualizada y consensuada con el paciente, teniendo en cuenta tanto las características relativas a la actividad de la propia enfermedad como de las patologías concomitantes, edad, vía de administración y otros tratamientos", según ha señalado la reumatóloga del Hospital Clínico Universitario de Santiago, Eva Pérez Pampín.
En diferentes estudios se ha demostrado que el control estrecho de la enfermedad mejora o disminuye la presencia de determinadas comorbilidades, como el riesgo cardiovascular o la depresión.
Entre las comorbilidades más frecuentes en pacientes con artritis reumatoide se encuentran la hipertensión, con un alcance del 40 por ciento; las enfermedades pulmonares crónicas, en torno al 3,5 - 15 por ciento; los eventos cardiovasculares, 7 por ciento; la depresión, 15 por ciento; y los tumores sólidos 4,5 por ciento. Por su parte, las infecciones son la comorbilidad más frecuente en pacientes con tratamiento con terapias biológicas, ya que se presenta hasta en el 69 por ciento de ellos. En pacientes con espondiloartritis las comorbilidades más frecuentes son osteoporosis 13 por ciento y úlcera gastroduodenal 11 por ciento.
El manejo de las comorbilidades ha sido tema de debate en los últimos años, "los reumatólogos estamos cada día más implicados en la atención integral del paciente y esto incluye el tratamiento de las comorbilidades, con el apoyo de los facultativos de Atención Primaria y el personal de enfermería. Sería interesante promover cuestionarios simplificados para la detección precoz de estas comorbilidades, lo que permitiría también la instauración del tratamiento necesario de forma temprana", ha precisado la doctora Pérez.
IV CURSO TERAPIAS BIOLÓGICAS
Durante el IV Curso de Terapias Biológicas se han incorporado además algunas pinceladas en aspectos más metodológicos y de gestión en un intento de abordar cuestiones esenciales en el empleo de las terapias biológicas en la práctica clínica diaria y, en general, menos exploradas.
"Desde el comité organizador del curso hemos intentado atender la necesidad de conocimiento de nuevas moléculas, algunas ya disponibles, aunque con escasa trayectoria y otras que estarán disponibles en breve", ha detallado la reumatóloga del Hospital Universitario de La Princesa de Madrid y una de las coordinadoras del curso, Ana Ortiz.
La reumatóloga ha señalado que este es un tema en constante evolución y que es importante avanzar en el conocimiento de las nuevas moléculas con las que tratar a los pacientes.
El futuro en este ámbito pasa por la disponibilidad de nuevas moléculas y por la posibilidad de administrar un tratamiento individualizado para cada paciente con la finalidad de conseguir la máxima eficacia con el menor riesgo de efectos secundarios.